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Jordán Godoy: humilde, constante en sus metas y trabajador

por Rebeca Díez
29 de julio de 2014
Jordán Godoy || Foto: Rebeca Díez

Jordán Godoy || Foto: Rebeca Díez

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Iván Godoy, hermano del guardameta, cree que el de Logroño llega al filial del Real Valladolid para mejorar como persona y jugador

 

Jordán e Iván Godoy
Jordán e Iván Godoy

Jordán Godoy aprendió a rendir, que no a rendirse, a la primera de cambio. De esos mismos cambios que la vida le ha ido trayendo a lo largo de sus veinte años, compartidos por la persona que probablemente más le conozca, su hermano Iván. “Intentaré ser lo más objetivo posible”, bromea el hermano del arquero que ha llegado a tierras pucelanas para competir con Julio Iricibar por un puesto en el once del Real Valladolid Promesas.

El fichaje, en su opinión, es todo un acierto. Atinó Jordán, como cuando, siendo aún pequeño, se enfundó los guantes para ocupar la portería en el equipo del colegio Vicente Ochoa. Posteriormente pasó a la Escuela de Fútbol de Mareo, con apenas seis años. “Desde pequeñito quiso ser portero, con Casillas y Arconada como referencias y con nuestro padre como mentor”, cuenta Iván.

El ‘Courtois de Logroño’, como algunos le han apodado, recaló en las filas del Varea antes de dar el salto a la Unión Deportiva Logroñés. Desde ahí llegó a Osasuna, donde ha ido escalando hasta formar parte de su filial. Cambios de ciudades que, a pesar de la dificultad –especialmente emocional–, le hicieron madurar antes de tiempo. “El primer año fuera de casa fue muy difícil para él y para nuestra madre”, reconoce su hermano, que también sintió su marcha, aunque apela a aquel refrán de que ‘no hay mal que por bien no venga’, al añadir que sirvió al portero para hacerse aún más fuerte.

Esta fortaleza está también visible en su formación, no solo como futbolista, sino como persona, pues siempre ha intentado compaginar fútbol y estudios. “Es un tema que me costó un poco más que lo entendiera: hay que estudiar y formarse”, recalca Iván. Ahora mismo, el cancerbero del filial vallisoletano sabe lo necesario que es estudiar, “tanto o más importante que jugar al fútbol”.

Desde que se hiciera oficial la llegada de Godoy a la entidad pucelana han transcurrido ya unos días en los que ha podido conocer parte la ciudad, así como a sus compañeros o a la entidad, a la que ha agradecido el recibimiento a través de su cuenta personal de Twitter. Avatares del destino, ha pasado del filial de un histórico como Osasuna a otro como es el Real Valladolid el año en que ambos han dicho ‘hasta pronto’ a la máxima categoría.

Jordán Godoy || Foto: Rebeca Díez
Jordán Godoy || Foto: Rebeca Díez

“El cambio de ciudad, si he de ser sincero, lo veía necesario, porque Osasuna no contaba con él, no sabemos por qué motivo”, juzga sobre el final que ha tenido su hermano con el conjunto rojillo, con quien tenía contrato vigente.

En el último curso, Jordán disputó con el filial ocho partidos, en los que encajó siete goles, amén de que desde del club parecían preferir la titularidad de Cantero, el otro portero. “Hizo méritos para jugar bastantes más partidos”, considera su hermano, a lo que añade que, desde luego, “no sería por ganas y dedicación en cada entrenamiento”.

Jordán Godoy aprendió a rendir, que no a rendirse. Algo que a base de esfuerzo lleva a su hermano a considerar, sin titubeos, que si Rubén de la Barrera le da la oportunidad la va a intentar aprovechar. “No tengo ninguna duda que, desde que llegó a Valladolid, no hay un minuto en el que no piense en qué puede mejorar; qué puede trabajar para ser mejor persona y jugador”, asegura quien le conoce en ambas facetas.

“Si tuviera que describir a Jordán, en pocas palabras, diría que es un chaval humilde, constante en sus metas y trabajador”, sintetiza Iván, aun cuando describir a alguien tan cercano de manera breve y objetiva puede parecer un imposible. El imposible se vuelve, por excepción, posible, cuando uno le ha visto amar el fútbol desde niño y vivirlo hasta el punto de considerar a los compañeros amigos o, como él, hermanos.

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