Análisis del próximo rival del Real Valladolid
No es fácil para ningún equipo de fútbol encontrarse en una situación como la que ha tenido que pasar el Mallorca últimamente. Después de dieciséis temporadas en Primera División, los bermellones dieron con sus huesos en la categoría de plata tras un año para olvidar, pero lo peor estaba por llegar. La caída al pozo amagó con no tener fin y, mientras los aficionados se echaban la mano al cuello para aflojarse el nudo de la corbata, un equipo que en principio había sido diseñado para regresar a la ‘Liga de las Estrellas’ terminó por salvarse del descenso a Segunda B en la última jornada.
Y es que el contexto de los mallorquines no pinta a día de hoy nada sostenible, pese a evitar el nombrado match ball el pasado mes de junio. En una fuerte crisis institucional desde hace ya mucho tiempo, la grada del Iberostar mira con preocupación a la vez que con un atisbo de esperanza el próximo inicio de competición, sabiendo que todo puede volver a terminar en desastre… o en sorpresa.
Cambio de manos
En situación desesperada, medidas desesperadas. Con tal mentalidad afrontó todo un clásico de las porterías de España como Dudú Auoate la amargura de su querido Mallorca hace apenas unas semanas, cuando, en un acto cargado de valor, decidió colgar los guantes para pasar de guardar los palos a los despachos del club mallorquín.
“Si esto no funciona en la parte de arriba, no puede hacerlo por ningún lado”, vino a decir el israelí en su puesta a punto ante los medios como propietario de una entidad histórica, aún joven, pues apenas cuenta con 36 años. No hace falta decir que lo extraño es ver a un mandamás tan joven, pero razón no le falta, claro.
En todo caso, Auoate no se encuentra todavía sentado con total seguridad en el ‘cómodo’ sillón presidencial. Biel Cerdá, quien todavía sigue ejerciendo responsabilidades de mandamás gracias al 5% de acciones que mantiene en su poder, pretende deshacerse de este paquete cuanto antes, y sacando el mayor beneficio posible. El principal candidato es el propio Auoate, pero ya se sabe que en estas situaciones hay un tira y afloja importante en el que se decidirá el destino del Mallorca.
Aunque pueda sonar bastante contradictorio, lo deportivo se encuentra en estos momentos en un plano parcialmente secundario, sabiendo que tendrá que acabar siendo primordial. Bien es sabido en el mundo del fútbol que, al final, todo depende de que la pelotita quiera entrar, y eso sin un conjunto apropiadamente armado es más bien difícil.
Renovación de vestuario
La formación del plantel, como se podría esperar, ha seguido estrictamente una economía de guerra. Casi veinte futbolistas que se encontraban en el vestuario la temporada pasada han terminado por hacer las maletas y buscar mejores destinos, de manera que al aficionado bermellón se le va a hacer un poco complicado el situar tantas caras nuevas.
Y ya no solo son las nuevas. Nombres importantes como Hemed o Nsue ya no volverán a vestir el uniforme mallorquín, además de otros como Nunes, Ximo Navarro, Kevin, Antonio López, Geijo, Iriney… Y así una larga lista que han abandonado el barco visto el complicado percal. ¿La solución? Cantera y más cantera.
En un movimiento relámpago, otro mítico como Valery Karpin se hizo con el banquillo en detrimento de Miquel Soler, impuesto en su día por el director deportivo Miguel Ángel Nadal, no muy de la confianza de Aouate. Todo esto, a diez días de empezar la Liga. Por momentos, en Mallorca se habla más el idioma de los locos que el de la cordura necesaria en tiempos de crisis.
La cuestión es que gente del ‘B’ como Brandon, Marco Asensio o Pereira, junto a otros jóvenes como Javi Ros o Rubén Miño y otros de mayor veteranía de Arana y Bustos, deberán tirar del carro para tratar de devolver al club isleño a lo más alto. ¿Objetivos para esta temporada? El tiempo dirá.
Curiosidad del rival de esta jornada: Muy rentable va a salirle a Biel Cerdá la compra del 5% de acciones del Mallorca en 2010 por unos 70.000 euros. El presidente pide en estos momentos una cantidad algo inferior a los tres millones de euros, de manera que no queda mucha opción para un club que tendrá que privarse de algún fichaje de renombre para que este salga del club y Aouate pueda hacerse cargo.