La noticia saltó este martes en Cartagena. Se trataba del ofrecimiento que el Villarreal le ha hecho a Víctor para que, a partir de la próxima temporada, pase a formar parte del cuerpo técnico del equipo amarillo.
Un proyecto de interés para el brillante mediapunta, que podría terminar incluso dirigiendo el banquillo del Villarreal en pocos años. Deberá escoger entre esta oferta o la renovación por un año que en breves le propondrá el Cartagena, ya que su contrato expira este 30 de junio.
Víctor, hasta que Carlos Suárez y Roberto Olabe decidieron darle con la puerta en las narices, se sentía cómodo en Valladolid. Era feliz aquí. Pero el club no le quiso incluir en ese proyecto que tenía como objetivo consolidar al equipo definitivamente en Primera. Todos sabemos como terminó todo.
El Pucela se deshizo de jugadores como Marcos o el propio Víctor, tan importantes dentro y fuera del vestuario, para acabar dando con sus huesos en Segunda. Lo peor es que, como el propio Víctor reconocería ya en Cartagena, le dolió profundamente el modo del que terminó saliendo de Valladolid.
Víctor es un gran profesional. De eso no hay duda. Lo fue en su primera etapa en Valladolid, cuando se fue a Villarreal y lo fue cuando volvió a Pucela. Y lo sigue siendo ahora en Cartagena.
Jugador humilde y trabajador, pero gran persona antes de nada. Juegue en el equipo que juegue, siempre termina con la directiva y a la afición en el bolsillo, y eso no es una casualidad.
Pero he aquí que, mientras que a muchos nos gustaría ver al jugador que tantas grandes tardes nos ha hecho pasar en Zorrilla en los despachos del estadio una vez cuelgue las botas, el Villarreal se nos ha adelantado.
Segundo fallo del Real Valladolid tras no renovarle en su día, ya que el club debería haber hablado con Víctor antes de que lo hiciera el equipo castellonense. El Pucela ya está preparando otra oferta para Víctor, aunque quizá demasiado tarde, confiando en que se decante por volver a Valladolid.
¿Por qué el Valladolid actúa tan mal con Víctor, alguien que tanto nos ha dado a los aficionados y al club? ¿No vale con haberle despedido del Pucela de mala manera, que encima no se reacciona a tiempo para pedirle que vuelva a Valladolid como parte del cuerpo técnico?
Es algo que a los aficionados nos encantaría ver, ya que Víctor representa los colores blanco y violeta y, sea en el cargo que sea, sabemos que siempre hará lo mejor para el Real Valladolid, y lo hará con esa capacidad y responsabilidad que le caracteriza.