Matías Aquino, hermano pequeño del ‘Torito’, llegó junto a él este verano a orillas del Pisuerga para formar parte de la plantilla del Juvenil B de Liga Nacional. En el horizonte, una ilusión: lograr, como Dani, debutar en primera división.
Este verano recalaba en el Real Valladolid procedente del Real Murcia, Daniel Aquino. ‘El Torito’, llegado por un año con opción a varios más, no se vino solo. Aparte de hacerlo con su novia, se trajo consigo a su hermano Matías, que llegaba para jugar en el Juvenil B blanquivioleta.
Matías Aquino Pintos (Murcia, 27-05-1996) aún es cadete, pero ya está jugando con chavales mayores que él. Así lo decidieron los estamentos del club, y lo cierto es que está respondiendo a las expectativas. No está acumulando excesivas titularidades, pero sí suele ser utilizado como revulsivo. Siempre que sale, deja pinceladas de su calidad, gracias a la cual ya suma dos goles sin los cuales la situación del equipo de Liga Nacional probablemente fuese aún peor.
Como Dani, es zurdo, por lo que actúa escorado a banda, aunque puede actuar también como referencia móvil en la punta del ataque. En más de una ocasión, su propio hermano ha manifestado que Matías es mejor que él, y que dará mucho de qué hablar en el futuro. De hecho, en la pasada temporada hizo un total de veintisiete tantos, algo que supuso que se interesasen por él varios clubes del panorama nacional.
A su llegada a Valladolid sufrió el cambio de aires. Dado que era la primera vez que salía de su casa -desde benjamines había formado parte de la cantera del Real Murcia-, le costó adaptarse, pero ahora afirma encontrarse ya muy a gusto, tanto con sus compañeros como en la ciudad. De Valladolid, afirma que es un lugar donde hay un muy buen ambiente. Además, teniendo con él a su hermano es todo completamente diferente y a Juancho también le conocía porque compartió equipo en benjamines. Lo que sí que echa de menos, como cualquier chaval que sale de casa, son las comidas de su madre, aparte de a sus dos perros Lulu y Reina.
A corto plazo, tiene como objetivo el poder aprender lo máximo posible. Con la vista más puesta en el futuro, Matías sueña con seguir los pasos de su hermano y debutar algún día, quién sabe si jugando en el Real Valladolid, en primera división.