Análisis del próximo rival del Real Valladolid

No más tropiezos. La Segunda División ha demostrado que si de algo puede presumir es de igualdad, y cada trastabillo en el camino supone la pérdida de varios puestos, un lujo que no puede permitirse un Real Valladolid que busca con ahínco el ascenso directo. Tras el regular encuentro ante la Ponferradina, en el que solo se cosechó un punto, no queda otra opción que ganar el próximo partido para no desengancharse de la zona noble.
El problema está en que el próximo round tiene trampa. Enfrente estará un Albacete capaz de lo mejor y de lo peor, si bien los castellano manchegos acostumbran a mostrar más a menudo su segunda cara. En todo caso, el partido del Carlos Belmonte se presenta electrizante.
En picado
Y es que el equipo entrenado por Luis César Sampedro se encuentra en el farolillo rojo de la clasificación tras encadenar una fatal racha de cinco derrotas consecutivas en Liga. La realidad es que no corren buenos tiempos por la tierra manchega y las alarmas se han encendido desde hace ya unas cuantas semanas.
Con apenas cinco puntos labrados a través de una victoria, dos empates y seis derrotas, la frontera de la salvación no está especialmente lejos, marcada por Racing, Llagostera y Mallorca con ocho puntos cada uno. Ese es precisamente el estímulo que tienen para este domingo, y es que una victoria después de tanto desastre sería la clave para levantar a un equipo que no parece haber comenzado de la mejor manera su andadura por la categoría de plata después de tres años en Segunda B.
Esas cinco derrotas consecutivas se han convertido en una losa muy pesada con la que la plantilla no termina de cargar con dignidad, y eso que el Albacete sí ha sido capaz de tumbar a un peso pesado como el Betis antes de empezar su cuesta abajo sin frenos. Pero aquello fue ya hace seis jornadas, demasiado lejos como para que sirva de consuelo pese a ser en el Benito Villamarín (0-1).
Sí, porque ese es otro de los puntos a tener en cuenta en la trayectoria del Alba. Los únicos tres puntos conseguidos de golpe han sido como foráneo, que sumado al empate en casa del Tenerife (1-1) hacen que los blanquinegros solo hayan conseguido un punto en sus cuatro partidos en el Carlos Belmonte. Un balance más bien pobre para una grada que ve cómo el panorama se va poniendo más peliagudo poco a poco.
Y no es la peor noticia para los manchegos. Como es lógico en un colista, su capacidad goleadora no es precisamente buena, ni en el sentido defensivo ni en el ofensivo. Tercer equipo más goleado (17 veces que el portero ha tenido que recoger el balón del fondo de la red) de la categoría y tercero menos goleador (8 celebraciones), se hace difícil pensar que las cosas puedan ir peor a los de Sampedro.
Pocos retoques

Después de una buena temporada que culminó con el ascenso a Segunda, la directiva presidida por José Miguel Garrido decidió que lo más adecuado era competir con una plantilla hecha con pocos cambios. Y así fue. Apenas unos pocos jugadores que hicieron las maletas, sustituidos por otros más jóvenes y ambiciosos de varios filiales.
De hecho, Chumbi se está mostrando como uno de los grandes clavos ardiendo a los que agarrarse para lograr la salvación. Con otro algo más veterano tanto en el equipo como en cuanto a edad, Rubén Cruz, como compañero de baile, se trata de la gran apuesta ofensiva con la que cuenta ‘el Queso Mecánico’.
Así las cosas, si bien los de Sampedro no están mostrando un juego precisamente solvente, habrá que atar en cortos a dos jugadores que bien pueden hacer un roto a la defensa. El Carlos Belmonte espera.
Curiosidad del rival de esta jornada: Sergio Gontán Gallardo, más conocido como Keko, volverá a encontrarse con el Real Valladolid después de vestir la camiseta blanquivioleta en la temporada 2009/2010. El del Albacete se convirtió en un auténtico aventurero tras su paso por Zorrilla, pese a su corta edad de 22 años, ya que desde entonces ha militado en el Cartagena, Girona, Catania, Grosseto, Catania otras dos temporadas y, al fin, en el Albacete.
