El Polideportivo Pisuerga congrega a más de mil personas en el primer Desafío Solidario disputado en Valladolid en beneficio del Banco de Alimentos
Foto: Desafío Valladolid
Todo lo que hubo de pique fue puro teatro. Antes y durante. Después ya no, porque solo hubo lugar para los abrazos. No era para menos, después del éxito del primer Desafío Solidario que tenía lugar en Valladolid, en el que se reunieron amigos del exfutbolista Onésimo Sánchez y del artista David DeMaría, unos abajo, en la pista, otros, arriba, en las gradas. Porque, en definitiva, los que no jugaron también fueron amigos. Sino entre ellos, sí de lo solidario. Y todo con un único fin: que el Banco de Alimentos fuera el ganador, como finalmente fue.
Fueron más de mil personas las que se acercaron al Polideportivo Pisuerga, aunque el número de entradas vendidas fue incluso mayor, lo cual es de agradecer ante un evento como este.
Demostró Valladolid que no hace falta que sea Navidad para ser solidario, y que, efectivamente, tal y como reconoció Onésimo, uno de los precursores del acto, es una ciudad caritativa. Reconoció el hoy entrenador que había sido “difícil” encontrar una fecha adecuada, aunque se mostró muy contento con la “respuesta” de la ciudad.
“Agradezco a toda la gente su respuesta y disponibilidad. Al primero, A David DeMaría, que se acaba de casar y ha venido directamente de la luna de miel. Intentaremos que sea algo perenne; creo que podemos hacer algo que sea duradero en el tiempo y poder echar una mano a la gente que menos tiene en estos momentos tan complicados“, explicó ‘One’.
La fecha, efectivamente se sale de la norma, que indica que es en esas otras tan señaladas, de mensajes del rey, polvorones y turrón, en las que más conviene la ayuda. Para Onésimo, no es así. La ayuda es necesaria día a día, y por eso el acto. “Hemos querido utilizar esta fecha para ayudar a la gente a llegar a la Navidad, en este caso, a través del Banco de Alimentos. El que está necesitado no solo lo está en esas fechas”, afirmó antes de empezar a golear.
¿Y el resultado? Bueno, gracias
Iturralde González y Rafa Guerrero, alias ‘Rafa, no me jodas’, ejercieron de trencillas. A un lado, de azul, aquellos que respondían como amigos de David DeMaría. Al otro, de blanco, los de Onésimo. Estuvieron Tote, José Emilio Amavisca, Monchi, Caminero, Víctor, JJ Vaquero, Miguel Abellán… de los anunciados, por incompatibilidad de agendas, solo faltaron unos pocos, aunque estuvieron de algún modo.
Como los clubes deportivos de la ciudad, que donaron para el sorteo que tuvo ocasión en el descanso, sendas camisetas. Como el Fútbol Club Barcelona, que donó dos remeras firmadas por su plantilla. Por parte del Real Valladolid, Óscar González, Álvaro Rubio, Jesús Rueda, Lluís Sastre y Chus Herrero fueron parte de la representación. Sobre la pista, además de los varios exjugadores, estuvo el entrenador de porteros del filial, Juan Carlos Martínez.
¿Y el resultado? Bueno, gracias. ¿O es que acaso alguien llevó la cuenta? De lo que sucedió en la pista se quedó la gente con los detalles de Amavisca –calidad eterna, como la de Caminero–, con el estado de forma de Marcos o Víctor, con los dos goles consecutivos de JJ Vaquero o con su humor, que demostró como ‘speaker’. También lo fue el canto a capela de David DeMaría mientras aguardaba a uno de los vencedores del sorteo del entretiempo.
En fin, que lo importante era lo que era: hacer buena taquilla por los más necesitados, aquellos que no jugaban pero que más lo merecían. Y así fue, un éxito, por lo que solo queda esperar para repetir. Porque, por infinidad de motivos, a buen seguro Valladolid repetirá experiencia.