Tres jugadores del Real Valladolid tienen serigrafiadas en sus camisetas letras que no corresponden a sus apellidos, sino que hacen referencias a otras personas

Un ocho de agosto de hace cinco años, el fútbol español y mundial sufrió un duro golpe. La muerte repentina de un futbolista sobrecogió el corazón de España y parte del extranjero. La forma en la que sucedió, provocó la conmoción de todos, de grandes y pequeños, aficionados al deporte y no. Sí, el futbolista es Dani Jarque, quien murió hace cinco años y medio cuando se encontraba en la habitación del hotel de concentración del Espanyol en plena pretemporada.
La muerte le visitó demasiado pronto. Con veintiséis años, y en un gran momento tanto personal como profesional, se fue. El futbol se tiñó de luto y durante esos días no había rivales. Todos los equipos estuvieron unidos en el dolor por la injusta muerte de alguien tan joven y lleno de vida.
A partir de ahí, se sucedieron los homenajes póstumos. El Espanyol decidió poner su nombre a una de las puertas de Cornellá-El Prat; serigrafiar gratis en las camisetas de los aficionados el dorsal 21 con su nombre y otras acciones más.
Y, el once de julio de 2010, todo el mundo vio cómo un gol puede emocionar y tener un significado más allá de lo meramente futbolístico. Andrés Iniesta le dedicó el tanto que hizo que España fuera campeona del Mundo por primera vez en la historia. Ahora sí, Dani Jarque era conocido en los cinco continentes.
A día de hoy, en diciembre de 2014, nadie le olvida. En Valladolid, aunque suene raro, tampoco. Javi Chica, lateral derecho del conjunto blanquivioleta, era gran amigo suyo. Por eso, le tiene presente en su vida y en todos y cada uno de los partidos. No es la primera temporada que lo hace, puesto que en el Betis ya comenzó su particular homenaje. Junto a su apellido y al número dos, se puede observar ‘D.J.’. Esas iniciales corresponden, como no podía ser de otra forma, al que fue su compañero y buen amigo.
Recuerdos en forma de dos simples letras que hacen que Chica pueda tenerlo en mente y que ayuda a que los aficionados al fútbol nunca olviden quién fue Dani Jarque.

Los peques también toman protagonismo
José María Gutiérrez ‘Guti’. Qué cantidad de opiniones diferentes hay en torno a este jugador de fútbol y personaje mediático. Él fue uno de los primeros jugadores de fútbol que decidieron incluir en su camiseta el nombre de sus hijos. Así, se podía leer Guti HAZ. La hache referente a su segundo apellido, Hernández; la A, inicial de su hijo Aitor y la Z, correspondiente a Zaida.
Esa moda-homenaje también ha desembarcado a orillas del Pisuerga, concretamente la llevan a cabo dos jugadores que este año están de enhorabuena al haber estrenado paternidad.
Se habrán preguntado por qué Rueda lleva una ‘ene’ en el dorsal. Tal y como contamos hace un mes, se debe a que su primogénita se llama Noa. Pero… ¿Por qué Samuel luce una ‘te’ si su apellido es Llorca? Por la misma razón. El central del Real Valladolid también ha tenido un hijo este año. Su pequeño se llama Thiago y el orgulloso papá quiere llevarle con él en cada partido.
Además, ha tenido la oportunidad de dedicarle dos goles, ante el Sporting y Girona, ambos en Copa del Rey. A diferencia de otros jugadores que se llevan el dedo a la boca simulando un chupete, Samuel forma una T poniendo una mano en horizontal y otra perpendicular a esta.
Formas originales de tener a sus bebés presentes, esos que, tal y como ellos reconocen, les sacan la mejor de las sonrisas cuando las cosas van mal y los entrenamientos y los partidos salen peor de lo que quisieran. Esos pequeñajos que no levantan un palmo del suelo y son la alegría diaria de sus papás, y ellos, orgullosos, se lo quieren agradecer en cada partido.
