Dani Hernández ha conseguido poner fin a su etapa como blanquivioleta, algo que estaba buscando desde hace meses

“Le he dicho al club que me gustaría salir en el mercado de invierno”. Esa frase clara, concisa y concreta la pronunció Dani Hernández el pasado dieciséis de diciembre, dos días antes de que el equipo se jugase el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey en el Martínez Valero. A pesar de esas declaraciones, sería el titular de ese partido, al igual que lo fue en la ida. Ante el Elche y en el Trofeo del KO, Dani Hernández disputó sus últimos minutos vestido con la camiseta blanquivioleta, defendiendo el escudo del Real Valladolid.
Una vez que el hispano-venezolano se sinceró ante los medios de comunicación, se destapó de una vez por todas la amenazante caja de pandora, que llevaba semanas avisando de que algo no iba bien. Los intereses de ambas partes se enfrentaban y esta situación podía ser un hándicap para el equipo en general. Por una parte, el Real Valladolid no quería que se fuera hasta que otro portero llegara a la disciplina blanquivioleta. Algo que es normal, puesto que un equipo que aspira al ascenso, no puede permitirse estar sin un segundo portero.
Por otro lado, los intereses del jugador. En Valladolid sabía que era muy difícil jugar. Javi Varas era una losa demasiado fuerte de derribar y contra la que luchar, por lo que estaba destinado a ser más protagonista en el banquillo que sobre el césped. El guardameta necesitaba acumular minutos puesto que de lo que haga en España depende su participación con la selección venezolana.
Y cuando alguien no está a gusto en algún sitio se nota, es imposible ocultarlo. Tanto es así, que la gente que está a su alrededor no tienen ningún inconveniente en reconocer que lo mejor para todos es que ponga tierra de por medio. Sin pelos en la lengua, Rubi contestó a una pregunta formulada por los periodistas diciendo que veía fuera a Dani “porque es la voluntad de todos”.
Finalmente el deseo de las dos partes se ha cumplido. Dani Hernández coge las maletas y abandona el Real Valladolid antes de tiempo. Rompe así su vínculo contractual que le unía al club castellano y leonés hasta el próximo treinta de junio. Dani Hernández ya tiene bajo su brazo la carta de libertad que tanto ansiaba. Todo para poner rumbo a las Islas Canarias. Allí, con su maleta, desembarcará en Tenerife. En el club chicharrero estará hasta finales de campaña y llegará a la misma entidad donde milita Jacobo Sanz, otro exblanquivioleta cuya situación no es nada fácil. Pero es otro tema.
Tres años y medio después el venezolano ha forzado la salida para poner fin a una trayectoria que comenzó en el verano de 2011. Dani Hernández llegó a Valladolid en agosto. A un equipo que se construía para conseguir un ascenso en tres años vista, pero que finalmente, se logró en junio de 2012 gracias a Miroslav Djukic y a sus hombres. En esa campaña, en ese ascenso, el guardameta tuvo mucho que ver.
Jaime Jiménez fue el portero titular del tramo final de la temporada, pero una lesión le impidió estar bajo los palos en el play-off de ascenso ante Córdoba y Alcorcón. El jugador vinotinto se enfundó los guantes y se puso bajo palos. En los cuatro partidos tan solo encajó un gol, que marcó otro exblanquivioleta, Fernando Sales.
El equipo ascendió a Primera, y en el retorno a la máxima categoría del fútbol español, Djukic volvió a apostar por Jaime como su portero de confianza. Parecía que Dani volvía a estar relegado al banquillo una vez más. Pero el serbio, que no se casaba con nadie, le dio una oportunidad. Ante el Málaga y en La Rosaleda, Dani Hernández consiguió la titularidad y la mantuvo durante seis meses. Al igual que llegó, se fue. De nuevo, volvió al banquillo y desde allí vio cómo el Real Valladolid logró la permanencia tres jornadas antes de que la temporada 2012/2013 finalizara.

Foto: El Norte de Castilla
El treinta de junio de 2013 el contrato del guardameta hispano-venezolano se acababa, pero ambas partes decidieron renovarlo por dos más. Juan Ignacio Martínez contaba con Jaime y la dirección deportiva fichó a Diego Mariño. Ante la problemática de contar con tres porteros en la plantilla, finalmente se llegó a una solución con Dani como protagonista. El vinotinto se tuvo que marchar cedido al Astanas Tripolis griego durante la 2013/14. El Real Valladolid descendió a Segunda y el portero regresó.
Otra vez se juntaban Mariño, Jaime y Dani, pero sería por poco tiempo, puesto que los dos primeros también dejaron al Real Valladolid por dos equipos de Primera. Por eso, Dani Hernández disputó los dos primeros partidos ligueros ante Mallorca y Lugo. Después llegó Javi Varas y de nuevo volvió a sufrir lo que se llama daños colaterales, es decir, que volvió a sentarse en el banquillo.
Después de tres años y medio que han dado para mucho, en los que Dani ha vivido un ascenso, una permanencia y un descenso en la distancia, su deseo se ha cumplido. Firmar por el Tenerife para ser protagonista sobre el césped y sumar minutos que le sigan manteniendo la puerta de la selección venezolana abierta.
