Braulio tiene que ver, pero no ha sido el encargado de esa incoporación

La temporada pasada al Real Valladolid se le fue acabando el oxígeno poco a poco, hasta que el aire se terminó y el equipo descendió a Segunda. Las cosas no salieron bien ni dentro ni fuera del campo. Cuando el conjunto blanquivioleta comenzó a ahogarse Carlos Suárez decidió mover ficha. Quizá haya sido el movimiento más inteligente que ha realizado desde que preside el club.
Todavía no se sabía si el equipo iba a estar en Primera o en Segunda, pero Suárez lo tenía claro: “Braulio, en mí bando”. Y así fue. El director deportivo llegó a un acuerdo con la entidad blanquivioleta y comenzó a trabajar -en la sombra-. Todo el mundo sabía que el ex del Valencia ya empezaba a mover hilos para la temporada que viene, pero no era nada oficial.
Esa profesionalidad del gallego fue -y es- algo por lo que se empezó a creer en que el apartado de fichajes podría ser el más satisfactorio desde hace muchos años. Además, la decisión del presidente de apartarse de las negociaciones también está siendo positiva. Parece que el máximo mandatario blanquivioleta al fin confía plenamente en alguien para esas tareas.
Javi Varas, Raúl Fernández, Chica, André Leão, Mojica, Timor, Hernán Pérez, Alfaro, Roger, Óscar Díaz y Pereira son las nuevas caras de este Real Valladolid 2014/2015, pero ninguno de ellos es el mejor fichaje. Braulio se ha convertido en el vencedor del ‘premio’ como la incorporación más positiva en esta campaña. Mérito tiene el gallego -y mucho- con la plantilla que ha conseguido para que Rubi la guíe hacia el ascenso, pero no hay que olvidar la figura de Carlos Suárez. Él fue quién le trajo y, por ello, la medalla es para el presidente blanquivioleta.
Pero hay que tener los pies en el suelo. El Real Valladolid tiene mano ganadora este curso, un equipo con muchos -y buenos- nombres que deben demostrar sobre el terreno de juego lo que valen. Ahora la pelota está en el tejado del técnico. Las cartas que maneja son para dejar soñar con el ascenso y que sea una realidad. Lo que está claro es que, tras la marcha de Djukic, en Blanquivioletas somos ‘Soldados de Braulio’.
