Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Y continúa la batalla. No hay posibilidad de más tropiezos para el Pucela, último en la cola de los contendientes para el ascenso directo después del último tropiezo frente al Lugo. Los deberes que no se pudieron cumplir en casa se han acumulado para fuera, ya que con Betis, Girona y Sporting a dos puntos otro error sería imperdonable.
Así las cosas, solo queda ir a por los tres puntos en el próximo encuentro pase lo que pase, pero la misión no se antoja fácil. Enfrente espera un Racing de Santander que, pese a estar venido a menos respecto a tiempos recientes, se encuentra en plena lucha por escapar de las casillas de descenso a Segunda B.
De más a menos
Efectivamente, se puede decir sin mucho miedo a equivocarse que los cántabros ya no son ni la sombra de lo que han sido hace no demasiados años, cuando se hablaba de UEFA y se llegaba a semifinales de Copa del Rey. Ahora la economía, siempre el vil metal, es la que provoca quebraderos de cabeza día sí y día también en El Sardinero, consciente de que cualquier día el club podría reventar.
De hecho, en la actualidad el Racing se encuentra sumido en una ampliación de capital con la meta de salvar los muebles ante Hacienda. La fecha límite es el 14 de febrero y el propio presidente Juan Antonio ‘Tuto’ Sañudo, quien tomara las riendas después de la convulsa etapa de Harry, ya en el olvido, ha reconocido que por el momento la captación de dinero no está yendo como se esperaba.
La liquidación, siendo realistas, es una posibilidad que está ahí, pero el show debe continuar también en lo deportivo. Después de vivir dos descensos –de Primera a Segunda B- y un ascenso –el año pasado para regresar a la categoría de plata- en tan solo tres temporadas, la meta está clara y visible en la mente de todos los racinguistas; la permanencia.
Y por ahora así, así está la cosa. Con veinticinco puntos en veintitrés jornadas, el conjunto de Paco Fernández se encuentra decimosexto en la tabla, después de imponerse a domicilio al Mirandés la semana pasada por 0-2. Una proeza aquel partido tras una nevada monumental que les permitió abandonar los puestos rojos, ahora con el objetivo de confirmar sensaciones frente al Pucela.
Regular anfitrión

Bien hay que decir que el Racing no es precisamente uno de los equipos que más puntos saca en casa. De hecho, los verdiblancos son el segundo peor equipo en este sentido, con solo trece puntos cosechados en once encuentros en El Sardinero, merced de tres victorias, cuatro empates y cinco derrotas, donde por supuesto no destacan los doce goles a favor por los once en contra.
Como se podía presuponer, la economía de guerra de los cántabros ha obligado a formar una plantilla de circunstancias en la que se han consolidado los que consiguieron el ascenso la temporada pasada, con algún retoque procedente de cantera y fichajes con cuenta gotas. El último, en el mercado invernal, es todo un conocido de la afición blanquivioleta como Quique González.
Pero hay más, claro. A quien más tendrán que vigilar los de Rubi es al que ya fuera pichichi del equipo la temporada pasada con diecisiete dianas en Segunda B, Mamadou Koné, que este año ya lleva siete. Otros canteranos como Concha o Fede, con tan solo dieciocho y diecisiete años respectivamente, también son importantes en el esquema de Fernández.
Curiosidad del rival de esta jornada: El conjunto cántabro fue uno de los diez que integraron la primera competición de Liga, allá por 1928. Además, fue el único que se lo ganó por derecho propio, tras ganar en las eliminatorias previas para entrar a Betis, Valencia y Sevilla.
