El delantero volvió a pisar el césped de Los Anexos después de cinco meses al margen debido a la rotura del ligamento cruzado que sufrió en septiembre

Era un regreso esperado. Por el equipo, por el cuerpo técnico, por los medios de comunicación, por la afición, pero sobre todo, por el propio Roger Martí. El delantero volvió, cinco meses después, a pisar el césped de Los Anexos para trabajar con sus compañeros. Aún no está recuperado del todo y le falta un mes de trabajo para recibir el alta, pero ya está en Valladolid con el equipo.
Todas las miradas -y los flashes- de los presentes en el entrenamiento de este martes se centraron en él, como no podía ser menos. Trabajó casi el cien por cien de la sesión con sus compañeros, que realizaron diferentes ejercicios, tanto de fuerza física como con balón. El colofón al primer entreno semanal lo puso un partidillo en el que el propio Roger participó. Quienes no estuvieron fueron Mojica y Alfaro, que ocupan la enfermería.
Posteriormente, Roger fue reclamado por los medios de comunicación. En la comparecencia ante la prensa, el ‘pistolero’ es consciente de que el Valladolid que se ha encontrado a su regreso no es el mismo que dejó cuando se fue a Valencia a iniciar su recuperación. “No tengo palabras”, exclamó.
Su lesión hizo que la secretaría técnica tuviera que buscar refuerzos, por lo que la delantera del equipo ahora está repleta de jugadores. Eso hace que Roger explique que “la titularidad está cara” y que ha venido a Valladolid a “ponerme fuerte y a complicar las cosas al míster”.
Por supuesto, el valenciano reconoció que han sido unos meses complicados para él y que todavía no está al 100% como es lógico. “Los dos primeros meses han sido muy duros, sobre todo porque dejas de hacer lo que tanto amas; pero el tiempo pasa rápido y solo pienso en volver a jugar. Parecía que era ayer cuando me lesioné y ya estoy aquí otra vez”, apuntó el ‘killer’.
La fecha para su regreso, al menos sobre el papel, es dentro de un mes, cuando el equipo se enfrente al Girona. “La fecha es el partido de Girona, queda un mes y me queda fortalecer mucho más. Ahora no tengo dolores, pero que me falta ritmo, la chispa”, explicó. Un ritmo y una dinámica que cogerá poco a poco a base de trabajo, aunque no pueda ir desde el principio a tope: “Al principio, trato de evitar el contacto”, comentó.
Por último, hizo mención al recibimiento que tuvo al saltar al césped de Los Anexos. Un gran aplauso por parte de sus compañeros y cuerpo técnico. “El aplauso era de bienvenida”, explicó sonriendo, a la vez que reconoció sin miramiento que “estaba muriéndome por estar con ellos”. Roger recordó ante los periodistas que sus compañeros han estado “siempre preocupándose” por su estado.
El equipo volverá este miércoles a los entrenamientos, con Roger incluido, a partir de las once de la mañana en Los Anexos, pero a puerta cerrada.
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