Abel Resino tuvo que responder a muchas cuestiones en su presentación, aquel lejano 6 de diciembre. Pero con el mercado de invierno cerca por aquel entonces, hubo una que destacó sobre el resto. “Solo traeremos a alguien en este próximo periodo de fichajes si las arcas del club lo permiten y si el que venga lo hace para aportar. Para traer un jugador y dejarlo en el banquillo, no traemos a nadie”. Dicho esto acabarían llegando, en este orden, Matabuena, Juanito, Faria y Nafti. Por razones obvias, a Ferreira mejor no contarle.
Sobra decir que hay dos que sí juegan y, efectivamente, están rindiendo, otro que aparece y desaparece según le apetezca al propio Abel, y por último otro que podría estar cubriendo el hueco del propio Juanito en el Atlético y nadie se daría cuenta de que no está ni se acordaría de él.
Nafti y Juanito están cumpliendo con creces. La defensa ha ganado en seguridad y el equipo encaja menos goles que desembarcaron en Zorrilla ?aunque aquí también interviene el “otro” fichaje de invierno, Javi Jiménez?, además de la solvencia que ha ganado el Valladolid con Nafti en el mediocampo. Excepto en sus primeros partidos, hasta que se pusieron a tono, ninguno de los dos ha notado la falta de ritmo en sus anteriores equipos, el Atlético y el Aris de Salónica, en los que apenas habían participado.
Se han sabido acoplar bien al equipo, dentro y fuera del vestuario, y eso es algo que quizá no sea tan fácil llegando a mitad de Liga y sin haber tenido una pretemporada con sus compañeros. Está claro que la reacción del equipo comenzó con su venida, allá por comienzos de febrero.
En siguiente lugar está Matabuena, a medio camino entre la participación y la desaparición. Está ahí siempre que Abel le necesita, pero con la consolidación de Baraja y el propio Nafti en el medio, no ha podido encontrar su hueco. Lo bueno es que con su veteranía y su buen estar, está acostumbrado a la suplencia. Así era en el Sporting. De hecho, ya era capaz de sentarse en el banquillo y no quejarse, más bien todo lo contrario: asumir que su trabajo es desde fuera del campo, contribuyendo al buen ambiente y sin rechistar.
Sea como sea, está claro que Abel casi ha cumplido su palabra, pero no del todo, ya que Faria no participa ni se cuenta con él y Matabuena tampoco termina de establecerse como un jugador de confianza en el once ni juega mucho. Pero lo de Juanito y Nafti ha sido un acierto, sin duda. A lo mejor Abel no ha efectuado su promesa al cien por cien, pero mientras sigan adelante los buenos resultados y sigamos en la lucha por el play off, los aficionados se lo perdonamos.