El primer equipo trabajó sobre el césped de Los Anexos en sesión vespertina después del largo viaje desde tierras catalanas

La primera plantilla del Real Valladolid trabajó este Domingo de Resurrección en sesión vespertina. Los blanquivioletas entrenaron después de llegar a la ciudad del Pisuerga tras el largo viaje que separa la capital castellano y leonesa de Girona.
Como es habitual en la sesión post-partido, los titulares trabajaron a un ritmo menor, mientras que el resto protagonizó una intensa sesión. El club informa que Timor, Alfaro, Mojica, Hernán Pérez y Chica estuvieron al margen, en manos de los fisioterapeutas. Los pupilos de Rubi descansarán este lunes y volverán al trabajo el martes, ya por la mañana, a partir de las once en Los Anexos.
Tras el entrenamiento, Roger Martí atendió a los medios de comunicación. El delantero dispuso de minutos ante el Girona en lo que supuso su regreso a los terrenos de juego tras seis meses de lesión. Pero no fue tan feliz como le hubiera gustado debido a la derrota. “La alegría de volver a ser futbolista la llevo por dentro porque ha sido un poco agridulce por la derrota”, explicó refiriéndose a su vuelta.
Ha pasado medio año desde que la lesión le truncara gran parte de la temporada y quiso agradecer las muestras de apoyo recibidas en ese tiempo. “Me he sentido muy arropado y todo el mundo me ha ayudado mucho, tengo ganas de empezar ya a sumar minutos y poder volver a devolver todo en el campo”, expresó.
El punta blanquivioleta sabe que sus actuaciones con el equipo irán a más y que las ocasiones irán llegando según sume más minutos. “Tuve una ocasión, pero lo importante es ir entrando poco a poco y ayudar al equipo. Al poco de entrar nos metieron el 2-1 y el partido se emborró un poco y ya no llegaban balones arriba y fue un poco complicado”, argumentó.
Pese a la derrota, Roger sigue siendo optimista en cuanto a la consecución del ascenso directo. “Matemáticamente es posible, no vale la pena ahora hacer cálculos. Solo queda pensar en el siguiente partido y cambiar esta dinámica”, contestó seguro. Además, confirmó que en el vestuario no hay presión, puesto que saben perfectamente a dónde vinieron y cuál es el objetivo del club. “Sabemos dónde estamos y el jugador que viene aquí sabe lo que hay. Es un equipo que tiene que estar en Primera y hay que luchar por ello”, suscribió.
La siguiente prueba de fuego será el próximo sábado ante el Mirandés en casa. Por eso, Roger ya no quiere ni oír hablar de su lesión y tan solo centrarse en ese partido porque según el delantero “nos la jugamos”. Asimismo, espera que la mala racha que está pasando el equipo se vaya cuanto antes y que la dinámica cambie pronto. “No se ha conseguido nada positivo en cuanto a resultados pero creo que el equipo ha hecho cosas buenas. No ha tenido buena suerte en cuanto a resultados. El otro día fueron dos detalles, porque creo que el equipo dio la cara. El equipo está trabajando bien“, sentenció.
