El Mirandés depende en demasía de las dianas del de Barakaldo, quien ha transformado catorce de los veintiocho tantos del conjunto burgalés

‘Urkodependencia’. Un palabro difícil de pronunciar, y que con el avance de la temporada cada vez se teme más en Anduva. Y es que la necesidad de un hombre puede volverse muy peligrosa para un equipo de fútbol como es el Mirandés. Se trata, por supuesto, de Urko Vera, una de las revelaciones de Segunda División y del que puede decirse sin miedo a equivocarse que sostiene a la mitad del equipo.
Y la mitad del equipo… de manera literal. El de Barakaldo acumula en su cuenta nada más y nada menos que catorce dianas en Liga, todo un hito teniendo en cuenta que el conjunto burgalés lleva veintiocho en 32 encuentros. Ahí está precisamente el problema. Es obvio que contar con un goleador nato en el vestuario es todo un privilegio, sobre todo para un equipo humilde, hasta que las cosas empieza a no ir tan bien.
Quién le iba a decir al vasco la temporada pasada, con la camiseta de un Eibar que tocó la gloria del ascenso con los dedos, que terminaría mudándose a Miranda con visos a encontrar un futuro mejor.
El delantero, después de temporadas más bien discretas en Alcorcón o Ponferrada sin apenas minutos de juego, había conseguido explotar de manera relativa con la blaugrana, cinco goles mediante. Pero quería algo mejor.
Era el momento de hacer las maletas y encontrar un sitio donde sentirse más protagonista. Y ahí estaba el club presidido por Alfredo de Miguel, con un exigente Carlos Terrazas en el banquillo que le dio protagonismo desde el primer minuto. De ahí, al cielo de Anduva.
Efectivamente, catorce muescas en su revólver le contemplan, pero por desgracia no corren buenos momentos en el feudo burgalés. Tan solo una victoria en los seis últimos partidos han puesto las caras largas en un estadio que, hasta hace no muchas semanas, había llegado a soñar con un hipotético play off.
Y sí, nació la llamada ‘Urkodependencia’. Potencia, garra y un carácter forjado en la cantera de Lezama bien podrían ser las acepciones del diccionario que describieran a Urko Vera, aunque insuficientes para remontar una situación compleja de un equipo cuesta abajo. Apenas dos goles en los últimos seis partidos, ambos ante la Ponferradina hace ya cuatro jornadas… y que por supuesto fueron transformados por el que ya es el héroe rojillo de la temporada.
¿Y desde entonces? Nada de nada. El Mirandés ha dejado en tres ocasiones su contador a cero, situación preocupante que ha llevado a caer drásticamente en la clasificación. Poco ha podido hacer el goleador de la garra y el empeño, que de repente parece estar gafado de cara a la portería. Pero este sábado volverá a tener una oportunidad. Una ocasión más de volver a las andadas, ante la que ya está afinando su arma. Y es que la fábrica de goles de Anduva no quiere parar más tiempo la producción.
