Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Las posibilidades no son muchas, no lo vamos a negar, pero por intentarlo que no quede. Al Real Valladolid se le agotan las vías para alcanzar el ascenso directo 39 jornadas después, aunque hay más de un motivo para que los blanquivioletas intenten llevarse el triunfo en los tres partidos que quedan. El primero, qué duda cabe, tratar de apurar por lo que puedan hacer Sporting y Girona.
En segundo lugar, porque el próximo rival, el Zaragoza, también tiene altas posibilidades de acabar disputando la liguilla de ascenso. Y quién sabe, por si acaso compensa ir dando un golpe sobre la mesa. Y tercero, quizá algo más palpable, que nunca está de más llegar con esa dinámica positiva tan importante que pudiera terminar de enganchar a la afición.
Al play-off con todo
Eso sí, pese a todo y aunque el encuentro se dispute en casa, no lo tendrá nada fácil el Real Valladolid. Enfrente espera un Zaragoza mucho más regular y solvente de lo que era a principio de temporada, ya que todo cambió con la llegada de Ranko Popovic al banquillo en lugar de Víctor Muñoz después de la decimocuarta jornada. Aunque bien hay que decir que el curso de los blanquillos, por lo menos en cuanto a puntos se refiere, no merece más que el play-off.
Y es que el Zaragoza, sexto en la clasificación con 57 puntos, doce menos que el Valladolid, quinto, necesita el ascenso como el comer. Las telarañas relucen en la caja de caudales, aunque tras una temporada más bien normalita en cuanto a juego y resultados se refiere, no pinta sencillo un posible ascenso tras dos años en la categoría de plata.
Olvidado ya Agapito Iglesias, quien se deshizo del club el verano pasado al simbólico precio de un euro, la economía no ha terminado de mejorar precisamente. Tan solo un hipotético regreso a Primera podría aliviar una situación en números rojos, pese a la reciente salida de la Ley Concursal. Pero el fútbol es caprichoso, claro, y hacer una plantilla competitiva a bajo coste no es nada sencillo. Con esas se encontró Víctor Muñoz.
El entrenador duró poco en el cargo, después de que cinco victorias en los catorce primeros choques de Liga se quedaran en cortas. El barco cambió de rumbo con la llegada de Popovic, que consiguió recuperar la ilusión perdida de manera temprana por una Romareda que, aún recelosa, sigue enganchada al equipo y a la ilusión del play-off. Pero para ello se hace necesaria una victoria este domingo en Zorrilla, el más difícil todavía, ya que Llagostera, a tres puntos, y Ponferradina y Alavés, a cuatro, siguen acechando al sexto puesto.
Carburando a ratos

Eso sí, el efecto Popovic ha resultado funcionar a ratos y lo cierto es que en las últimas semanas no ha terminado de carburar del todo. El palo fue tremendo tras una derrota la semana pasada en campo del Mirandés (0-1), que vino a demostrar que el equipo no es todo lo fuerte que le gustaría, por no hablar de que los maños solo han ganado uno de sus cuatro últimos partidos.
Se suma, además, el hándicap de que no tienen precisamente la vitola de buen visitante, con tan solo cuatro victorias en diecinueve choques.
En todo caso con lo que no pueden distraerse los blanquivioletas es con la delantera zaragozana, con una artillería que ya la querrían para sí algunos equipos de Primera División. Borja Bastón, a sus veintidós añitos, se ha ganado a mérito propio el título de revelación de la temporada gracias a sus veintidós dianas, por no hablar de Eldin Hadzic y Willian José, con seis y cinco goles respectivamente.
Lo cierto es que a los blanquillos todavía les queda camino por recorrer hacia el play-off y desde la grada la afición ya ha tildado el juego de intermitente, pero cuando la necesidad del ascenso apremia lo importante son los resultados que, a día de hoy, dicen que el Zaragoza ocupa puestos de play-off. Mucha atención deberán prestar los de Rubi también a las jugadas a balón parado, una de las especialidades del conjunto maño en ataque.
Curiosidad del rival de esta jornada: ¿Por qué Borja Bastón es conocido con dicho nombre pese a que en su DNI aparezca claramente Borja González Tomás? Sencilla razón, que quitaría la sonrisa de la cara a los más malpensados. Su padre, Miguel González Bastón, ex entrenador de porteros del Atlético de Madrid, también era conocido como Miguel Bastón, de ahí que al hijo también se le suprima el primer apellido.
