“Hay una ciudad que lleva tu nombre”, canta el gallego. Siente como siente un flamenco, aunque es miudiño como el cantar y tiene un acento que delata. Tanto como las playeras y el descambiar a uno de Pucela cuando es de fuera el otro interlocutor.
No hay piedras en el puerto ni marea del norte allí donde brota el Pisuerga. No pensaba en su ribera quien escribió esos versos, aunque lo hiciera a corazón abierto, como ahora se dice en la ciudad en la que solloza el río.
A la desazón se la invita a venir así, aun cuando lo que se lleva en la meseta es el caparazón. Se le ofrece ese cobijo con razón, porque hay esperanza, aunque lo halagüeño es esquivo. Valladolid es noble, es verdad, pero no hay nada de fiel en el balón. Nunca sabe uno si le va a sonreír…
No se me enfaden, pero es la pelota como una mujer de aquí, o como cualquier mujer. Puede esmerarse uno en el mimo, ser de terciopelo en la caricia y varonil en el amar –ustedes ya me entienden…–, que, quizá, ni por esas.
Es el amor la barra libre del caos, como es el balompié su acto, irrefrenable, incontenible cuando llega el gol. No hay orgasmo más placentero que el que trae quien te hace sentir amado o que el que trae el goleador, ni abrazo más sincero que el que ambos provocan.
Que me perdonen todas aquellas con las que he yacido, porque me fallaron y hoy les fallo. Que me perdonen mis colores hoy, porque los considero también traicioneros. Aunque quizá por eso los siento, por eso los quiero, como quise a cada una de mis novias, aunque doliera el intento.
Quizá alguno se pregunte qué relación tienen el querer y la traición, el dolor, la lucha. Bueno; uno tiene tanto de sufridor y de masoquista como de pendenciero y la vida de sádica. No hay amor que no se sufra, sea a una bella dama o a la pelotita. A veces, de hecho, ambas duelen porque otro la empuja, aunque mejor dejaremos eso para otro momento…
#ACorazónAbierto porque así hay que recibir el play-off, puro, limpio, incondicional, aunque duela. Como le duele al niño la herida la primera vez que cae de su bicicleta; inocente. Como le duele a la madre la partida del hijo; entregada. Como solo debería caber el querer.
#ACorazónAbierto, aunque se anude la garganta. Con la pasión del primer beso. Del abrazo de gol y el sexo. #ACorazónAbierto porque espera un ascenso, y no importan el cuándo ni el cómo; solo el qué, si el amor es real. Y si lo es, fuera las dudas, a la sopa el caparazón; #ACorazónAbierto porque solo así se ha de querer.
Y si hay traición, por la naturaleza infiel del balón, ya nos lamentaremos luego. Ahora es el momento de gritar, sin condición, “Real Valladolid, yo te quiero”.
