Álvaro Rubio elude hablar del ascenso, aunque reconoce que quiere darle “una alegría a la afición” y que está “muy ilusionado” con la campaña que acaba de comenzar

Foto: Real Valladolid
Álvaro Rubio cumple este curso diez años como jugador del Real Valladolid. Desde que lo dejó Javi Baraja, lleva el brazalete del capitán como primero de a bordo. Y desde tiempo atrás incluso, es una voz autorizada dentro del vestuario. Por ambas cosas, ha sido el primer jugador en hablar en este curso, excepción hecha de los recién llegados.
Después de la decepción del pasado curso, el riojano apuesta por “pasar página” y empezar ya a escribir una nueva. “El no ascenso forma parte del pasado, si estamos aquí es que no nos hemos merecido estar en Primera. No obstante, eso forma parte del pasado, estamos en otra temporada y la empezamos con muchísima ilusión”, afirmó.
En su caso particular, esta crece “año a año”, como el orgullo de defender la camiseta blanquivioleta. Por ello, se le presuponen el sacrificio y el ejemplo habituales. Más en un año en el que habrá pocos viejos conocidos dentro del vestuario y que, por lo pronto, ha comenzado con muchos chicos del filial como acompañantes.
A pesar de que el primer anda corto de efectivos, no está preocupado, ya que es consciente de que “irán llegando jugadores”, es “muy pronto” y confía “mucho en el trabajo de Braulio”. Eso sí, sin ser una demanda, explicó que cree que cuanto antes lleguen mejor, ya que “hacer la pretemporada es importante”.
Y lo es porque la liga es “muy larga e igualada”, porque la condición física es importante “para aguantar bien”. Y, asimismo, invitó a “trabajar con humildad, a ir paso a paso, porque otros tienen el mismo objetivo” y no por correr pronto se va a llegar antes. Es más: “Hasta los últimos partidos no se va a saber qué va a pasar”, dijo, sin citar la palabra ascenso.
Con respecto a lapalabraquenodebesernombrada –Garitano tampoco lo hizo–, eludió hacer promesa alguna, aunque incidió en que no pueden faltar el trabajo y la ilusión y sí se acercó al término dichoso al reconocer que intentarán “que las cosas salgan lo mejor posible” porque quieren “dar una alegría a la afición”.
Volviendo al pasado; Álvaro Rubio se encontró físicamente bien el pasado curso. Como siempre, habría querido jugar “todos los partidos”, aunque reconoce que la plantilla fue “muy competitiva”. Sus sensaciones, para este curso, no cambian. “El año pasado me encontré bien y acabé muy bien. Me alegro de que el club haya confiado un año más en mí para estar aquí”, aseveró antes de reconocer que entra en su último año de contrato.
Sabe que “esto es así”, que unos quedan y otros se van, y que él se irá algún día y otros vendrán –y que “el club es lo importante”–. La plantilla se debe reciclar y él ha de ayudar, como suele, a que los nuevos se adapten. En esto irá de la mano de otro nuevo, el técnico, sobre quien también dio su opinión: “Llevamos dos días con Garitano y la sensación es que el trabajo va a ser duro. Los entrenamientos son muy intensos, y eso me gusta; el día a día es fundamental para llegar al máximo nivel a los partidos”, concluyó.
