La zaga es la línea más reforzada de la Ponfe, con cinco caras nuevas –Dani Suárez, Casado, Lolo Pavón, Seoane e Ignasi Miquel y solo dos ya conocidas –Camille y Alan Baró–
Terminada la última campaña con la desilusión de repetir en Segunda, la Ponferradina se puso rápido manos a la obra para confeccionar un plantel que pocos llegarían a pensar años atrás en la ciudad del Bierzo. Los despachos del club aún siguen abiertos horas después de finalizar el mercado de verano con la confirmación oficial de David Caiado y Dmytro Khomchenovsyi, cuyos demorados tránsfers han llegado este jueves.
Todavía falta por recibir, sin embargo, el del balcánico Luka Djordjevic, una vez se ha concretado el pase de Rubén Sobrino y los 325.000€ recibidos de un montante total de 500.000. Este dinero ‘fresco’ ha sido clave para poder obtener la cesión con opción de compra del delantero internacional montenegrino, procedente del Zenit ruso, y convencer al internacional ucraniano, liberado de su contrato con el Zorya Lugansk.
Las esperanzas de un buen papel en la Deportiva para este curso persisten en la afición de El Toralín porque en la parcela ofensiva siguen los jugadores más importantes. Así, podrán seguir disfrutando de los Yuri, Acorán o Berrocal, en quienes recae la misión de marcar goles.
Renovados los baluartes del club, la preocupación llegaba por el lado opuesto, el de la defensa. Esta es, sin lugar a dudas, la línea que ha sufrido una mayor metamorfosis, dando forma a una escuadra que iba olvidando los mimbres de la Segunda B con las salidas de Carpio o Julen Castañeda. Manolo Díaz iba a dejar a las claras que el conjunto castellano y leonés ya no va a mirar a jugadores de la división de bronce y va a elevar sus pretensiones al menos, para reforzar al equipo con jugadores de su misma categoría.
Bajo la confianza de Manolo Díaz
Dicho y hecho, la Ponfe decidió poner los cimientos de un club de Segunda gracias también a que ahora se ve al club berciano como un aspirante a entrar en play-off y fichar por la entidad del Bierzo es más fácil que en temporadas pasadas. El primero en llegar, en cambio, era un nombre realmente desconocido en la propia división como en una ciudad con la cual estimular a un equipo decepcionado por quedarse a las puertas de la gloria.
Dani Suárez (1990) era el primer fichaje que anunciaba el conjunto presidido por José Silvano. Central de 1’90. que contaba con el apoyo de un Manolo Díaz que lo conocía de su etapa en categorías inferiores con el Real Madrid.
Aún no se espera la primera aparición en liga del hermano del baloncestista internacional Carlos Suárez, pues no ha podido debutar y encima esta semana se le ha diagnosticado una rotura de menisco, que le confirma como baja segura para recibir al Real Valladolid.
Otro efectivo “repescado” por Díaz es Jorge Casado. Contrastado lateral zurdo en la liga de plata y competencia para un Camille al que se le echó de menos en Ponferrada la anterior campaña, el defensa viene al Toralín a reivindicarse de los minutos con los que no contó en el Betis.
A sus veintiséis años, el futbolista formado en el Castilla y precisamente debutante en el primer equipo ante sus nuevos compañeros en el partido de Copa del Rey, aumenta el nivel y se postula como un recambio de garantías para el francés, aunque le ganó la partida la pasada jornada en Mallorca saliendo de titular.
El técnico madrileño también se fijó para reforzar su defensa en el CD Lugo para traer a su nuevo proyecto a ‘Lolo’ Pavón y a Diego Seoane. El primero, exjugador del Numancia antes de ser rojiblanco, aportará experiencia en el centro de la zaga y podría debutar como blanquiazul este fin de semana tras reincorporarse a los entrenamientos superada su lesión de tres semanas de duración.
El segundo también deja la disciplina gallega para ingresar en la Ponferradina y ocupar el vacío dejado por Carpio y Óscar Ramírez, que se fueron con dirección a Alavés y Huesca respectivamente. Es en el lateral derecho donde más puede cojear esta Deportiva porque el ourensano es el único que puede jugar en ese carril aunque puede aprovechar su polivalencia para jugar en ambas bandas.
Esa polivalencia es con la que cuenta un joven Adán Gurdiel (dorsal 26) que parece haber dejado el extremo para probar suerte en el lateral a pesar de mantener las lagunas de un proceso normal de adaptación.
Ignasi Miquel y Alan Baró, pareja catalana de altura y liderazgo
Sin embargo, todavía faltaba el fichaje de campanillas para consolidar este ambicioso proyecto del conjunto berciano. El ser campeón de Europa sub 19 y debutar en la Champions League con todo un Arsenal no fue escollo para que la Ponferradina se lanzase a por Ignasi Miquel, potente central zurdo que ha pasado las últimas temporadas por Leicester y Norwich, equipos que militan en la Championship, segunda división inglesa.
Después de esta experiencia en exterior, vuelve a España para aportar en la zaga de la Deportiva el juego aéreo del que carecía la escuadra del Bierzo. El barcelonés ya se ha colocado como un fijo en el once de Díaz y ha disputado hasta ahora el cien por cien de los minutos de la temporada.
Pero por muchas incorporaciones que se unan a la Ponferradina, el que sigue inamovible es Alan Baró. El gerundense es el cuarto más veterano del club por detrás de Yuri, Acorán y Jonathan Ruiz y cumple su quinta temporada, por lo que sabe lo que es ascender de categoría con el club berciano.
Lleva cinco años capitaneando la zaga blanquiazul y liderando a un bloque que tiene la misión de mejorar los números de la pasada campaña, donde la Ponferradina recibió 51 goles en 42 partidos. Por el momento este inicio de temporada la retaguardia ha encajado un gol en dos partidos, el de penalti recibido en Mallorca el pasado fin de semana.
Frente al Real Valladolid, Manolo Díaz recupera efectivos en la parte de atrás, pero lo más probable es que en El Toralín los cuatro titulares sean Seoane y Camille en los laterales e Ignasi Miquel y Alan Baró en el centro para parar a los Rodri, Óscar, Villar y compañía.