El conjunto franjiblanco debuta en Liga Nacional sabiendo que su empresa, la salvación, es complicada, pero también que puede llegar a buen puerto si se sigue el guión que marca su entrenador, Álex Iglesias
Con la máxima ilusión, aunque también con la máxima prudencia. Así afronta el Villa de Simancas su primer año en Liga Nacional. Y por qué no decirlo, también con la tranquilidad de saber que los resultados no apremian, que si han llegado hasta ahí ha sido para disfrutar. Aunque ello no exime de que quieran competir, claro. Quieren y deben, porque hacerlo es intrínseco al deporte. Y también a su entrenador, Álex Iglesias, que vuelve a su categoría fetiche después de varios años en otras más bajas. Será este domingo, a domicilio, a partir de las doce y cuarto, ante el Puente Castro.
¿Cuáles son las sensaciones de cara al debut?
Son positivas. El equipo está capacitado para ganar a cualquier equipo y en cualquier campo. Iremos ambiciosos y a intentar sacar los tres puntos en un campo donde en teoría pocos van a sumar y ante un claro favorito al ascenso.
Si perdéis este primer partido, ¿será con la sensación de que el rival no es de vuestra liga?
Si perdemos, seguiremos trabajando y, como siempre digo, iremos a recuperar los puntos a otro campo. Sabemos que es muy complicado, que es un rival que en teoría no es de nuestra liga, pero vamos con la mentalidad de que tenemos mucho que ganar y poco que perder.
El objetivo, inequívoco, es la salvación.
Sí. Aunque nos gustaría que el equipo se salvara tranquilamente, estamos mentalizados de que nos va a tocar pelearlo hasta el quince de mayo. Tenemos claro que, como estructura, somos el cuarto equipo de la provincia, pero tenemos mucha ilusión. Yo llevo diecisiete años entrenando y esta es la categoría que más me gusta, es muy táctica y te enfrentas siempre a equipos muy bien preparados. Y sé también de primera mano lo que tuvimos que trabajar para estar aquí. El mensaje que lanzo en el vestuario es que no somos 21, sino 41, contando los veinte del año anterior gracias a los que estamos aquí.
Si las cifras son esas, es que la remodelación ha sido amplia, ¿no?
Del año pasado siguen cinco jugadores y hemos incorporado a dieciséis, aunque por dos lesiones serán tres los que se queden fuera en cada lista. A mí me gusta trabajar con plantillas cortas y todos van a sumar. La confianza está depositada en todos y todos van a tener sus oportunidades. El año pasado me recorrí toda la provincia y he visto desde Segunda Provincial hasta Liga Nacional, aunque mi idea ha sido rodearme de jugadores a los que ya conocía. En ese sentido, ha sido relativamente fácil, porque el perfil es de un jugador de confianza, que esté dispuesto a meter la pierna por mí y que sea jugador de equipo. Como les he comentado a ellos, ese será nuestro jugador más importante, el equipo. Y así han venido jugadores del Navarrés o del Viana de Primera Provincial, del Tordesillas de Segunda, del Victoria de Juvenil Regional, del Betis de Liga Nacional…
El año pasado decíais aquello de “la unión del rebaño consigue que el lobo se acueste con hambre”. Ser un bloque sigue siendo el primer objetivo, por tanto.
Eso es. Creo que al final es como hay que afrontar los partidos. Incluso el año pasado estando arriba hubo partidos en los que no veíamos el balón, en los que corríamos los noventa minutos para sacar el partido adelante. El año pasado salió bien y yo creo que este año tenemos jugadores capacitados para que vuelva a salir bien. Yo estoy muy contento con la plantilla.
El club se encuentra en pleno proceso de crecimiento. Por ello, ¿hay presión?
El coordinador me ha dicho que me renueva tres años más quede como quede. La pretemporada ha sido muy dura y yo le llegué a transmitir al coordinador mi preocupación porque el equipo no asimilaba los conceptos que yo quería, pero el club está tan tranquilo que su respuesta fue que me renueva tres años quede como quede. El club sabe que este año el equipo que “está en Tercera” es el juvenil, que va a ser una temporada muy complicada y que si somos capaces de mantenerlo va a ser un premio para todos.
Y tú, aunque afrontes solo tu segundo año, ¿cómo estás viviendo ese crecimiento?
Yo lo que veo es que es muy fácil trabajar en un club como el Simancas, que te proporciona cincuenta balones para entrenar, que te da todo tipo de material, que le pides esta semana ir a Viana de Cega a entrenar el césped natural y remueven Roma con Santiago… Es un club muy tranquilo, en el que a la presidenta no se le conocerá, pero si se tiene que ‘pegar’ con los políticos, lo hace; hace un trabajo en la sombra espectacular. Trabajar aquí es muy fácil porque lo haces con muchos medios, y eso es algo que yo vendo a mis jugadores: no somos un club profesional, pero vamos a trabajar como si lo fuéramos. El club está yendo en esa dirección y creo que de ahí su crecimiento.
¿Cuál sería vuestro escenario ideal?
El modelo tiene que ser el Arces de David Valbuena, que siempre se ha salvado sin apuros, que tenía las ideas bien claras y desarrollaba un buen juego. Al final ese es un poquito el espejo en el que nos podemos mirar. La temporada pasada hicimos un buen fútbol porque sabíamos a qué jugábamos. Este año contamos con jugadores de más calidad que el del año pasado. A partir del domingo hay que demostrar que también tiene la competitividad del año pasado. Sabemos que va a ser una temporada dura y que puede haber arrastres, pero también que no ganamos nada poniéndonos nerviosos, yo así se lo he transmitido a los chicos. Vamos a ir a por ello.