Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Un tropiezo no dice en absoluto que el camino vaya a estar plagado de piedras. Sí, el anterior partido del Real Valladolid ante Osasuna era de esos que había que haber ganado para volver a engancharse con la parte alta de la tabla, pero después de la derrota solo queda levantar la cabeza y seguir el camino. Y eso es lo que se debe hacer ante el Lugo.
Porque no le queda otra al Pucela. A tan solo dos puntos del descenso, que vuelve a acechar otra vez, y a cinco del play off, toca volver a hacer los deberes fuera de casa para intentar recuperar el terreno perdido. ¿El problema? Que los gallegos llegan con ganas de guerra y volver a llevarse los tres puntos no va a ser tan fácil como pueda parecer.
Sin prisa pero sin pausa
Y es que el Lugo se encuentra a día de hoy en una situación cómoda en la tabla, con veintiún puntos en catorce partidos, lo que le sitúa en octavo puesto a tan solo un punto de distancia del Nástic, línea roja que marca la liguilla de ascenso. Por ahora no marcha mal la cosa, tal y como se había planteado a principio de temporada. Fueron muchos los que sacaron el pañuelo para secarse las lágrimas después de la marcha de una institución como Quique Setién, con seis temporadas en el banquillo, un ascenso y tres permanencias en Segunda a sus espaldas. Se dice rápido.
La cuestión es que un jugón como Luis Milla parece haber tomado el mando de una manera más que efectiva, al menos para los objetivos que tiene marcado el Lugo esta temporada. El mismo entrenador que llevara a la selección sub 21 a ser campeona de Europa en 2011, aunque sin experiencia en la LFP, ha decidido mantener su apuesta de toque y de combinación pese al cambio de tablero, algo que parece agradecer la grada de Anxo Carro y la plantilla.
De hecho, aunque no especialmente goleador, el Lugo sí se está mostrando bastante solvente en juego y con sensaciones de que esta temporada se puede hacer algo grande. Vale que la sombra de Setién es alargada con las tres nombradas permanencias –cada una de ellas más holgada que la anterior-, pero en Galicia se sueña a lo grande, sin metas visibles. La buena marcha del equipo, con mucho por recorrer, lo refrenda.
Y es que esta tiene que ser la temporada del club gallego. Asentado en la categoría tras diecinueve años previos de deambular por Segunda B y Tercera, el apartado institucional también parece haber vuelto a su cauce tras un final de temporada convulso en el que Tino Saqués se hizo con el accionariado mayoritario del club y por tanto con la presidencia, lo que supuso la marcha de Bouso tras once años en el sillón presidencial.
Eso ya es agua pasada. Es hora de centrarse en lo deportivo y en este aspecto el Lugo se está mostrando solvente, con cinco victorias, seis empates y apenas tres derrotas en estos primeros catorce primeros partidos ligueros. Si bien es cierto que el ataque no se trata de un prodigio de la categoría –con doce goles se trata del tercer equipo menos goleador, empatado con el Huesca-, al menos un cinturón defensivo serio –trece dianas, aunque empatado con otros tres- sirve para apuntalar un proyecto que marcha de aquella manera.
Plantilla renovada

También hay que decir que los de Milla no llegan en su mejor momento tras dos empates consecutivos ante Mallorca (1-1 en San Moix) y Elche (1-1 en Anxo Carro), aunque los rojiblancos acumulan cuatro partidos sin conocer la derrota con dos victorias anteriores frente a Girona (0-1) y Tenerife (2-0).
Es evidente que jugar ante el Lugo supone encontrarse con un partido que, previsiblemente, tendrá pocos goles, pero no por ello se les puede poner la etiqueta de aburridos. Y no hay más que echar un vistazo a su vestuario para comprobarlo.
Con nombres como Pablo Caballero –máximo artillero del equipo con cinco goles-, Carlos Pita, David Ferreiro, Dealbert o un viejo conocido como es Jonathan Pereira, es evidente que el conjunto gallego tiene calidad a espuertas en sus filas.
Las diferentes bajas que se han dado en verano no deberían, y no parecen, que vayan a hacer mella en un club que aspira todo, aunque si se hablar con claridad buscará un puesto de play off a final de temporada si las cosas no se tuercen. El primer paso a dar desde este momento está claro; quitarse de en medio a un peso pesado que se presupone que es el Pucela.
Curiosidad del rival de esta jornada: Puede que el Lugo solo haya pasado ocho temporadas en Segunda División contando la presente, pero ya tiene en su haber uno de los récords más llamativos de la categoría junto al Numancia. Bien recordarán sus seguidores aquel 20 de diciembre del año pasado en Anxo Carro, cuando aquel encuentro que terminaría nada más y nada menos que 6-6 se convirtió en el choque con más goles de toda la historia de Segunda.
