El Real Valladolid Promesas recibe al Tudelano este domingo a las doce del mediodía con la intención de seguir dejando su puerta a cero y marcar por primera vez

En ocasiones, el ser humano es muy celoso de lo suyo. Lo cuida, lo mima hasta límites insospechados. Con los regalos, por ejemplo, a veces pasa. Uno los abre con toda la ilusión del mundo, pero ay, a la hora de estrenarlos… En estas anda el Real Valladolid Promesas. Celoso de su marco, por estrenar, pendiente de usarlo con la primera foto de gol del curso.
Respetuoso él, el cuadro que dirige Rubén Albés tampoco utiliza para instantánea alguna el del rival, como si se creyera poco fotogénico. Aunque el míster, papá a estos efectos, insiste: si no usamos este, por lo menos utilicemos otro, el del bando de enfrente. Dicho en castellano meridiano y sin rodeos: está bien no encajar, pero hay que empezar a marcar.
Este es el objetivo marcado por el filial para el duelo que le enfrenta este domingo a partir de las doce del mediodía al Tudelano en los Campos Anexos al Nuevo José Zorrilla; hacer gol por primera vez en lo que va de temporada y, a poder ser, que el perforar la puerta navarra sirva para obtener el primero de los triunfos.
Hasta la fecha, el Promesas ha sido superior a sus cuatro rivales en diferentes fases o incluso en el cómputo de los partidos. Ha faltado solo eso, la foto, el grito, la salsa, la chispa, aquello que da sentido al balompié. Aquello, en definitiva, por lo que todos luchan y que alejará del descenso y acercará a la permanencia, objetivo inequívoco de la temporada, formación aparte y mediante.
Como es norma no escrita de cara a cada partido en casa, el técnico blanquivioleta ha convocado para las horas previas al envite a todos sus jugadores disponibles. Entre ellos no estará Mario Robles, aquejado de unos problemas físicos, y podría no estar Óscar Arroyo, que arrastra unas molestias que le convierten en duda.
Esa primera victoria en casa, de darse, sería ante un rival, el Tudelano, que llega con dos puntos más que el Promesas –seis–, después de ganar los dos partidos que ha disputado en su casa. Por contra, en sus dos salidas, ha caído derrotado, ante dos equipos recién ascendidos como son el Izarra y el Pontevedra.
El mediador del encuentro será el colegiado cántabro José Alberto Pardeiro Puente. Bajo su supervisión, el Real Valladolid B buscará dejar de ser el único equipo que todavía no ha marcado del grupo y, sin embargo, continuar siendo el único que no ha encajado en los, ya, en ese supuesto, cinco partidos oficiales de esta campaña.
