El Real Valladolid llega al último día del mercado con la necesidad de firmar a un zaguero, con la intención de dar salida a un punta y con las orejas tiesas de expectación por si se da algún movimiento más

Braulio Vázquez se congratulaba durante la presentación de su último fichaje, no sin razón, de haberse guardado de nuevo un remanente para firmar en este mercado invernal. El director deportivo, amplio conocedor de esta ventana, por su dilatada experiencia, parece moverse con soltura en enero, a tenor de los fichajes realizados este invierno y el pasado.
Aunque el central siempre ha parecido perentorio, primero llegó un punta, Vincenzo Rennella, con el cual se pretendía paliar el problema de gol esa parcela, escaso en Rodri y nulo en Diego Rubio y en el casi inédito Erick Moreno. A mayores, como este ni estaba ni se le esperaba, salió.
Entonces, tras el fichaje de un delantero, se esperaba que el segundo fuera un zaguero. Pero tampoco. Motivado por el propio ansia del jugador, David Timor se marchó en dirección a Leganés. Y en su sustitución volvió Borja.
El afán de contar con un especialista defensivo existía ya de antes, pero se convirtió en obligación con la marcha de ‘El Espartano’. “A la tercera irá la vencida”, pensó más de uno. Y falló. Porque se abrió una posibilidad, la de desencadenar a Roger Martí y devolverlo a casa. En el fondo, da igual el orden, “siempre que sean buenos jugadores”, que diría el propio Braulio. Y ‘Billy el Niño’, sin duda alguna, lo es.
Así las cosas, el director deportivo se ha dejado para el último día aquello del defensa central, “como los malos estudiantes”, dirán algunos; por paciente, creerán otros, sabedores de que es, la paciencia, la mayor virtud del ser humano. Es más: el gallego tiene tanta que estos día se ha remitido incluso a la versatilidad de Borja para decir que tampoco es para tanto esa necesidad.
Sin embargo, cabe esperar que llegue. “Por número”, ha venido a decir Suárez desde que se abrió el mercado, por una cuestión de tranquilidad. Y porque aunque el Real Valladolid lleva tres partidos seguidos sin encajar, hay quien todavía no las tiene todas consigo –más de uno, de manera motivada–. Los más aprensivos, incluso, anhelan la llegada de un lateral zurdo (aun cuando Ángel siempre que ha jugado ha rendido).
Asimismo, se espera la salida de un delantero, seguramente Diego Rubio, hacia quien Portugal, Braulio y Carlos Suárez han tenido palabras de esperanza de cara al medio-largo plazo y de ánimo a salir en el corto. Aunque también se ha hablado de Rodri y de posibles ofertas, resulta extraño pensar que el delantero hasta ahora titular vaya a salir (pero cosas veredes).
¿Habrá algo más? Si es así, será sorpresa. Ya sea en forma de entrada o de salida. De hecho, da la sensación de que, como en el Promesas, antes de que entre nadie ha de haber alguna marcha. Los rumores han apuntado hacia intereses de equipos de Primera en Mojica o Juan Villar, e incluso se ha comentado en los últimos días que Guzmán podría marcharse por la competencia que tiene o para que venga alguien más.
Sea como fuerte, un invierno más, tocará desgastar hasta las pasadas las doce de la noche la tecla del ‘F5’ para ver qué depara el último día de mercado. En el caso del Real Valladolid, también de nuevo, se presenta la jornada apasionante.
