El Athletic de Bilbao mantiene el bloque que alcanzó dos finales la pasada temporada, a excepción de Javi Martínez, un grupo que por diferentes motivos está lejos de ser garantía de éxito.
A tontas y a locas. Así lleva un tiempo el Athletic de Bilbao. No daba la sensación de que fuera a ser así hace escasos meses. O por lo menos lo primero. Mucho menos cuando Josu Urrutia accedió a la presidencia y Marcelo Bielsa se hizo amo y señor –o eso se decía- del equipo con mayor progresión de Primera.
Bielsa parecía ser el entrenador perfecto para un club de la idiosincrasia del Athletic. Y lo sigue pareciendo, aunque con matices. Su modelo de juego sigue siendo intenso como gusta en San Mamés y preciosista como a los leones les ha terminado por gustar, pero hay un problema: como loco que es, exaspera, casi contamina. Pero vayamos por partes.
Alguien, vaya usté a saber quién, cometió la estupidez de no ver capacitado a Bielsa para ser la cabeza pensante de las obras de Lezama. El rosarino, que de valor y autoestima no va precisamente corto, se mosqueó. Y la armó. De un modo como nunca antes la había armado. Quizá porque nunca antes había sido puesto en entredicho de tal manera.
Artífice de lo que hoy es el fútbol chileno, creyó que tenía potestad para ello; que el club le daría la razón. Pero no fue así. Fue desacreditado por Urrutia y, sin entrar en mucho detalle, a puntito estuvo de volverse a su cuadra de Argentina a invitar a comer asados a sus amigos futboleros.
Otra tontería –o no- tiene que ver con Javi Martínez y Fernando Llorente, algo así como la primera piedra del Nuevo San Mamés y el rey león. El uno pudo ser china en el zapato, pero el depósito de su cláusula en la Liga de Fútbol Profesional por parte del Bayern alemán lo evitó. El otro sí es china, y de las que hacen pupa. Un monarca republicano que, de golpe y porrazo, dice que hay vida más allá de Bilbao. Pero no de momento.
Si dolorosa resulta la pérdida del filtro primero de fútbol, tanto o más resultará no recuperar para la causa al causante último del mal ajeno. Porque por más que Toquero y Aduriz sean resultones, no son Llorente, sinónimo de gol en las últimas temporadas.
El Athletic seguirá existiendo con o sin ellos. Igual que con y sin Amorebieta, tercero en la discordia del ‘me quedo, me voy’. Incluso lo seguirá haciendo sin el vetusto pero siempre ruidoso San Mamés. Pero este año amenaza con volver a ser el fantasma de sí mismo, como años atrás.
Al margen de los problemas antes comentados, un exceso de testiculina que no era requerido a los leones desde los buenos tiempos de Clemente tiene la ría revuelta. El Loco, obsesivo hasta decir amén, quemó parcialmente naves que en el plano físico se han resentido en los albores de la temporada. Peor es, sin embargo, la fatiga mental de los dos ínclitos que aún quedan, Aurtenetxe, Herrera o, en menor medida, Muniain.
De las ganas que tengan Llorente y Amorebieta de pasarse el año en blanco dependerán muchas de las opciones de brillo del Athletic. También de que Galarreta, Isma López o Ibai mezclen bien con los diez impepinables del año pasado. Y con Bielsa, claro.
Tres tenores
Óscar de Marcos (Álava, 1989). Si hay un jugador que ha crecido de la mano de Marcelo Bielsa, ése es Óscar De Marcos. Y es extraño, porque no es precisamente Caparrós un técnico que suela fallar con piezas capaces de ser varias en una.
Lateral izquierdo, extremo purísimo, interior llegador… De Marcos fue el jugador revelación de la pasada temporada en el Athletic gracias a una brega no exenta de calidad. Intenso, como le gustan al Loco, es capaz de aparecer indistintamente por dentro y por fuera de manera resolutiva.
Iker Muniain (Pamplona, 1992). Este es su año. Por el fútbol que mostró tener dentro de su pequeño cuerpo ya lo fue el anterior, pero este debe dar más. No porque se lo exija Bielsa, que también, sino porque se lo exigirán La Catedral y el contexto.
Después de que Javi Martínez cayese en el pecado de la lujuria y Fernando Llorente en el de la pereza, él será siguiente mesías al que San Mamés se va de encomendar para volver a saborear la gloria. Ésta fue esquiva el pasado año. Muniain no puede serlo.
Fernando Llorente (Pamplona, 1985). A menos que recapacite, algo que parece poco probable, será una perita en dulce el año próximo. De hecho, ya lo fue en el mercado estival, en el que ningún equipo se atrevió a pagar por lo que siempre se ha pagado: el gol.
Antes de irse en su hoja de servicios han de constar más tantos. Ciertamente, el verano próximo no hay ningún gran evento internacional –la Copa Confederaciones, se mire por donde se mire, no lo es- pero la competencia feroz que hay en la selección no le permitirá un año en blanco. Tampoco aquellos que le coronaron aun siendo cachorro como sustituto de un Urzaiz al que ya ha superado.
El fichaje estrella
Isma López (Pamplona, 1990). Como Aduriz, no fue petición de Bielsa. Pero no importa. Bielsa nunca pide, siempre mira abajo. No hay más que tirar de hemeroteca. Él descubrió al ‘Jefecito’ Mascherano, ‘El Toto’ Berizzo o Mauricio Pocchetino.
Isma López no es ninguno de los tres. Tampoco podrá ser visto el día de mañana como un descubrimiento del rosarino. Pero sí como un gran jugador, siempre que Bielsa no le abrume. Ya lo es, de hecho, aunque le falta dar el salto. Desequilibrante y veloz, puede hacerlo este mismo año.
El míster: Marcelo Bielsa
Obsesivo. Metódico. Loco, en fin. Así es Bielsa. El entrenador de la liga española que ha dirigido a varios de los técnicos a los que se enfrentará a lo largo del año. Tres, para ser exactos: Pocchetino, Simeone y Pellegrino.
Será así siempre que a él o al club no se les muera el amor. En verano amenazó con hacerlo, primero por miedo al hastío de sus hombres y luego por el suyo propio con su última obra arquitectónica, pero de momento aguanta. Excesivo hasta en los buenos días, no le dolería en prendas irse antes de fagocitar o destruir un Athletic que por política le viene como anillo al dedo.
Entradas y salidas
Altas: Aduriz (Valencia), Isma López (Lugo).
Bajas: Aitor Ocio, Gabilondo (AEK Larnaca), Koikili y Díaz de Cerio (Mirandés), Zubiaurre (Salamanca), Orbaiz (Rubin Kazan), Javi Martínez (Bayern Múnich), Ustaritz, David López (Brighton).