A veces las historias que más nos gustan dentro del mundo del fútbol están relacionadas con el fracaso. En ocasiones porque nos sentimos más identificados, por el valor de lo conseguido por un equipo o futbolista para morir en la orilla – si es que a eso se le puede llamar fracaso -. Sin embargo, las favoritas de los aficionados suelen ser aquellas que rozan lo cómico y lo esperpéntico. Historias inverosímiles que de no haber constancia de ellas son difíciles hasta de imaginar. Este es el relato del fichaje y la vida de Kabiru Akinsola, un delantero nigeriano y soñador que cierto día llegó a España con la esperanza de convertirse en uno de los más grandes.
Akinsola era uno de aquellos talentos de las Flying Eagles sub-17 que en 2007 se alzaron con el Mundial tras superar a España en la final tras una tanda de penaltis en la que el combinado africano anotó sus tres primeros intentos y ‘La Rojita’ erró todos. Tras levantar pasiones en varios clubes europeos, fue la Unión Deportiva Salamanca quien logró hacerse con sus servicios.
Llegó al Estadio Helmántico en la temporada 2008/09, tras resolver los correspondientes trámites burocráticos que retrasaron el fichaje, acompañado de un compañero suyo de selección: Edile. El exblanquivioleta Ogbeche pudo ser otro nigeriano más en esta Unión Deportiva Salamanca, pero, tras llegar a un acuerdo con el Real Valladolid, el futbolista no quiso salir porque, según él, no quería “jugar en un club rival”
Ambos fueron presentados de forma conjunta, y Akinsola dejó algunas frases para el recuerdo. “Estoy en condiciones de jugar con el equipo desde ya y de ayudarle a subir a Primera División esta misma temporada […] Puedo llegar a firmar entre unos 20 y 25 goles por temporada […] Soy un buen jugador y los buenos jugadores no necesitamos tiempo de adaptación”. La realidad distó mucho de aquellas palabras, de hecho, ya sonaron contradictorias desde el primer momento, ya que el atacante aterrizó en España con sobrepeso.
Aunque no llegó a triunfar en la Unión, su carrera, e incluso su primera experiencia, fue mucho mejor a la de Edile. El lateral padeció malaria nada más llegar y nunca llegó a jugar con el primer equipo charro. Estuvo dos temporadas en el filial y descendió con él a la Regional de Aficionados. Tras rescindir contrato, pasó por el Olot, el Terrassa y su último club conocido fue La Jonquera, equipo del cual salió en 2016.
La historia de Akinsola en Castilla y León
Volviendo a nuestro protagonista, Kabiru Akinsola no cumplió con las promesas de su presentación. “Mi idea es estar uno o dos años en el Salamanca y luego fichar por un club grande”, dijo también. En dos años, nigeriano llegó a disputar tan solo 17 partidos con la camiseta unionista, en los que anotó tres goles. Fue entonces cuando llegó el momento de partir para Akinsola, pero no a un club de esos que él deseaba que en el futuro cercano ansiaran sus goles, sino a uno más modesto: el Zamora Club de Fútbol.
En el Ruta de la Plata firmó, en cuanto a números, la segunda mejor temporada de su carrera, anotando once goles en 32 encuentros disputados con el conjunto zamorano. Su buen rendimiento le abrió las puertas del Granada, pero inmediatamente el conjunto nazarí lo cedió al Cádiz, que por aquel entonces militaba en 2ªB. La mejor versión del delantero se pudo observar en esta etapa, en 41 partidos marcó 16 goles.
Los amarillos estuvieron a punto de subir a Segunda División gracias en parte a las dianas del nigeriano, pero una tanda de penaltis perdida contra el Lugo lo evitó. Akinsola falló su penalti. Años después, revivió aquel momento y confesó que lo tiró fuera “porque estaba lesionado”. “”Fue el entrenador el que me dijo que tirara el penalti. No podía tirar a puerta porque me dolía, pero me obligaron a lanzarlo porque nadie quería, aunque yo repetía que estaba lesionado. Cuando toqué el balón me dolió el pie y por eso lo lancé fuera”, expresó Akinsola.
Una carrera envidiada por Willy Fog
A su cesión en el Cádiz le llegó otra en el Racing de Santander, aunque nunca llegó a debutar con el equipo cántabro y los de El Sardinero se echaron para atrás alegando que el jugador tenía problemas físicos en su llegada. Por lo tanto, su destino fue otro muy diferente: Cartagena, donde jugó solo diez partidos y no vio puerta. Posteriormente, el Granada lo cedió hasta en otras dos ocasiones, al Doxa Katokopias de Chipre y al CE L’Hospitalet. No llegó a encajar en ninguno.
Tras abandonar la disciplina del Granada pasó por multitud de equipos y países, aunque siempre teniendo a España en su mente. Vistió las camisetas del Iași rumano, el Sunshine Stars nigeriano, el Mérida y el Al-Talaba de Irak antes de regresar a España para retirarse después de disfrutar del fútbol modesto.
El último baile amateur de Kabiru Akinsola
En su regreso a España, jugó en el CD Recambios Colón, un humilde equipo valenciano cuya casa es el Complejo Polideportivo El Perdiguer. Pero para él, Andalucía fue su casa y sus últimos años como jugador de fútbol quería vivirlos en el que fue su hogar. Esta vez el escenario fue Sevilla, en 2019 firmó con el Tomares para la segunda parte de la temporada y en el curso siguiente fichó por el Atlético Dos Hermanas de la Primera Andaluza para retirarse al final del mismo.
Kabiru Akinsola, ex-jugador de la UD Salamanca, FC Cartagena, Cádiz CF, Doxa Katokopias, Recambios Colón CD, Mérida AD, UD Tomares, Al-Talaba SC, Zamora CF, CE L’Hospitalet y Granada CF, nuevo jugador del Atlético Dos Hermanas CF de @DosHermanas_CF de la 1ª Andaluza Sevilla pic.twitter.com/Sb75EohXc7
— Nacho (@Ignacio13Gil) June 24, 2019
