El Juvenil B blanquivioleta venció por la mínima en el campo de un Parquesol que consiguió desnaturalizarlo pero no sumar
El Real Valladolid B es el rayo que no cesa, que diría Miguel Hernández. Después de doce jornadas no hay quien le pare; sigue ganando, después de hacerlo este sábado a un buen CD Parquesol que, sin embargo, no fue capaz de hacerle daño. Y eso que desnaturalizó a los blanquivioletas durante mucho tiempo, lo cual ya tiene mérito, aunque este no sume puntos en el casillero.
Al margen del planteamiento inicial de Juan Carlos Pereira, con tres centrales y dos carrileros, los naranjas se llevaron el derbi al plano emocional, lo que les permitió ser muy superiores en el primer tiempo. Ganaban cada disputa, provocaban pérdidas rivales y parecían tener una mayor decisión, que no terminaba normalmente culminándose en forma de ocasiones debido a que el rival se defendía bien.
El agobio por parte de los chicos de Manu Olivas impidió que el Real Valladolid saliera de su mitad de campo en la primera media hora, si bien solo amenazaron de verdad la puerta de Maxi con un rechazo que cayó a la frontal y con un disparo tímido de Julio. No obstante, como acumulaban muchos jugadores en territorio enemigo y subían centrales y colgaban balones en cualquier pelota parada, el riesgo mayor fue para la portería visitante.
Mientras, el Juvenil B no acertaba a encontrar a sus jugadores ofensivos, pero porque ni tenían el esférico ni disponían de él con tranquilidad cuando estaba en sus pies. Así, aunque Adrián Carrión intentaba poner criterio al juego, no era suficiente. Óscar empujaba a los centrales parquesolinos hacia su campo, pero ni Cerro estaba cómodo ni Torres era capaz de liderar las transiciones como le habría gustado.
La intensidad ganó a todo lo demás en la primera mitad, aunque fue decayendo en el último cuarto de hora. Quizá porque el ritmo de la primera media hora era insostenible hasta para atletas profesionales. Por eso, y porque Camilo estuvo más conectado que Marí, en el segundo tiempo el Real Valladolid B creció, poco a poco hasta dominar, aunque nunca llegó a ser sobradamente superior como contra otros equipos.
Un centro de Álex Pérez que remató a la red Óscar en fuera de juego fue la primera acción destacada de los chicos de Pereira, que empezaron a amasar la posesión, aunque sin tener oportunidades hasta que entró Alvi. El extremo cambió el devenir del choque en el primer balón que tocó en una jugada que los blanquivioletas conciben y aprovechan como si fuera arte: el balón parado.
Una falta lejana, lateral, sin demasiado peligro, se convirtió en el cero a uno después de que el incorporado solo unos segundos antes, justo antes de que el cuero fuera puesto en juego, la tocase en un lateral del área, en sus primeros metros. Sin acumular muchas jugadas peligrosas, el líder lo volvía a hacer: volvía a verse por delante, con el tiempo suficiente como para sufrir, pero también para dormir el partido. Y eso fue lo que hizo.
Como si nada hubiera pasado, Pere, que parecía haber renunciado a la defensa de cinco, volvió a esta formación, con unos fines más defensivos que al inicio, a fin de aguantar las acometidas que se venían, que fueron muchas. Después de unos minutos de impás, poco a poco el Parquesol se fue viniendo arriba, y arriba enviaba balones, aunque nunca generó peligro real.
No hasta el minuto 93, cuando Peña puso un centro elevado desde la derecha que nadie alcanzó ni a rematar ni a despejar. Se paseó por delante de la portería de un Maxi exigido en balones aéreos, laterales, pero sobre todo frontales. Y es que los parquesolinos quisieron siempre, pero no siempre tuvieron lucidez. Quizá al contrario; seguramente eso fue lo que les faltó para meter mano al líder, a pesar de lo cual seguramente se hicieron acreedores de algo más.
Pero el Real Valladolid B es mucho Real Valladolid B. Líder destacado después de doce jornadas, con siete puntos sobre una CIA que también ganó fuera de casa, cero a uno y con gol de un Alvi. Con respecto al Parquesol ya son catorce los puntos de diferencia, los mismos que con la Segoviana y tres menos que con respecto a su próximo rival, la Cultural y Deportiva Leonesa.
Si bien no fue el de otras ocasiones, poseedor mayoritario o total del balón y combinativo, supo sufrir y competir, reponiéndose a bajas como las de David Gómez, David Sanz o Prada para ampliar los minutos sin encajar a 673 minutos sin recibir un gol y a doce –todos los jugados hasta ahora– los partidos sin perder. Por su parte, los naranjas, con tanta pasión y concentración, puntuarán mucho más. Por razones evidentes el derbi les habrá dejado un mal sabor de boca. Pero si son quintos es por algo. Por algo por lo que optarán a más de seguir así.
CD Parquesol: Ángel; Rui, Juan (Mansilla, min. 88), Arroyo, Peña; Gallego, Gonzalo; Álex, Julio (Amancio, min. 69), Eloy (Pérez, min. 69); y David (Pablo, min. 83).
Real Valladolid B: Maxi; Domi (Cuéllar, min. 57), Méndez, Cebri, Álex Casado, Álex Pérez (Alvi, min. 62); Marí (Camilo, min. 46), Cerro, Torres, Adrián Carrión; y Óscar (Herva, min. 65).
Gol: 0-1, min. 62: Alvi.
Árbitro: Francisco Rivera García. Amonestó a los locales Gallego y Arroyo y al visitante Alvi.
Incidencias: Partido disputado en el José Luis Saso, correspondiente a la duodécima jornada de la Liga Nacional, en una tarde fría pero con buen ambiente.