El centrocampista reconoce la motivación que tiene por enfrentarse ante su exequipo y confirma las buenas sensaciones del Real Valladolid de cara al inicio liguero

El Real Valladolid ultima la puesta a punto para el debut liguero en Primera División el próximo viernes. En la sesión de este martes, Sergio contó con la presencia de Guitián y Míchel, que intentan coger forma lo antes posible después de superar sus respectivas lesiones. Luismi y Mayoral continúan en la enfermería y están descartados para el choque.
Después del entrenamiento matutino, Rubén Alcaraz atendió a los medios de comunicación. El centrocampista, ex del Girona, aseguró en la comparecencia no tener “ninguna cuenta pendiente” con el equipo catalán, aunque sí reconoce “la motivación” que tiene. “Queremos empezar bien, ganando en Montilivi. Yo quiero jugar; estoy a disposición del entrenador”, afirmó.
El mediocentro no tiene ningún puesto preferido para jugar y reitera que está al servicio de Sergio para adoptar el papel que se requiera. “Si tengo que bajar a recibir balones, bajaré; si me pide llegar más al área contraria, llegaré. Intento hacer mi trabajo, acoplarme rápido al equipo y al grupo, y encontrar mi mejor versión personal“, argumentó.
Alcaraz conoce bien al Girona, aunque falte la principal pieza del aquel vestuario, que no es otra que Pablo Machín. “Los cambios son para bien o para mal. Ojalá les cueste en esta primera jornada, no se sientan cómodos y podamos hacerles daño”, dijo al respecto. A favor de los gerundenses, que “llevan muchos años” jugando juntos y forman “un gran grupo”.
Como es de esperar, el blanquivioleta vaticina que “será un duelo difícil” y considera “clave” no convertir el choque en un partido “de ida y vuelta”. “Tenemos que hacer un partido serio, en el que estén incómodos y a la mínima que podamos hacerles daño de verdad”, concluyó.
