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“Los buenos jugadores tienen que crecer en el Real Valladolid”

Iván Alejo habla de sus orígenes, de la generación del 95 a la que pertenece, y de los canteranos a los que acompaña actualmente en el primer equipo

por Jesús Domínguez
4 de diciembre de 2025
en Primer equipo
Alejo Valladolid

Foto: Blanquivioletas

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La Pizarra de Blanquivioletas | SD Huesca

Hubo un tiempo en el que al referirse de Iván Alejo uno hablaba de ‘Ivi’, que es como cariñosamente siempre se conoció en Los Anexos a quien hoy es uno de los referentes del Real Valladolid. Era uno de los buenos; de hecho, de los mejores, pero salió con apenas 16 años -los que tiene Mario Domínguez hoy- buscando llegar a una élite que tocó. Retornado después de mucho tiempo, entrado ya en la treintena, hace casi de hermano mayor de los jóvenes con los que comparte vestuario. Y con ellos, y con los canteranos, lo tiene claro. “Los buenos jugadores tienen que crecer en el Real Valladolid”, dice en esta segunda y última parte de su entrevista con Blanquivioletas.

Han pasado unos cuantos añitos desde que te fuiste. Estamos ante un club distinto y tú también eres diferente al que se fue. ¿Qué has visto diferente?

Todo. A nivel de estructura y de instalaciones, me he quedado alucinado. Cuando me preguntan, yo digo que el Real Valladolid es un club de entre los diez primeros de Primera, pero que en estos momentos están en Segunda División. Antes había menos gente para todo, incluso para el primer equipo; ahora tenemos a una persona para cada problema. Ronaldo también hizo cosas muy buenas en este sentido, y la nueva propiedad ha venido con ganas de seguir mejorando. El cambio desde que me fui cuando era un niño es mucho.

Perteneces a la generación del 95, que ha dado a profesionales como Guille Vallejo, Calero, Toni Villa, Anuar, tú… Se puede hablar de una generación histórica del club. 

Sí, fue una generación muy buena. Calero, Toni Villa, Anuar… Tengo la espina de que no hayamos coincidido esa generación del 95 durante años en el primer equipo. Durante años no se hicieron bien las cosas con la cantera, pero creo que cuando ellos subieron se produjo un punto de inflexión para para ver que no se podían ir los buenos jugadores de aquí, que los buenos jugadores tienen que crecer en el Real Valladolid y tienen que jugar en el Real Valladolid.

Tenemos ahora el caso de Mario Domínguez, que está con nosotros con 16 años. Yo le hablo mucho y se lo digo: yo me fui con su edad, siendo juvenil de primer año, y hubiese pagado por estar en su situación. A él o a Arnu intento transmitirles que lo que están consiguiendo, a pesar de que no tengan minutos, es muy difícil, aunque es verdad que ahora, en general, se han adelantado mucho los procesos porque los clubes no son los que eran antes a nivel económico y recurren a esa solución de emergencia, que es una oportunidad para muchos chavales y que tienen que tratar de aprovecharla.

Estos chicos tienen muchísimos medios a su alcance de los que teníamos antes: no había tantos datos, no había tantos vídeos, ni tantas cosas. Aquí a nivel de cantera se ha crecido mucho y creo que se va a seguir creciendo, porque a esos jugadores que destacaban antes quizás no se les renovaba, y ahora, en cuanto vemos que un futbolista puede destacar, se le renueva. Creo que se están haciendo las cosas muy bien y que esa generación del 95 es un el espejo donde se pueden mirar los chicos, porque es el ejemplo de que un buen canterano puede ser un jugador de élite.

infantil
Equipo infantil que integraron Anuar (arriba, el tercero por la izquierda) y Calero (abajo, el quinto por la izquierda) junto
a otros jugadores como Guille Vallejo (arriba, el segundo por la izquierda), Dani Hernández (abajo, el primero
por la izquierda, un año menor) o Iván Alejo (abajo, el primero por la derecha). También en la imagen, Christian Ampudia
(arriba, el sexto por la izquierda) o Félix Valentín (arriba, el tercero por la derecha)

Toni y Anuar llegaron de fuera en esa época. ¿Se les veía lo que han demostrado fuera?

Sí, sí. A Toni ya se le veía esa calidad, aunque yo tenía dudas con su físico, porque era un chico muy débil y muy escurridizo, aunque los futbolistas buenos acaban llegando a Primera División. Quizás el fútbol cada vez va más a lo físico y si físicamente no estás bien no vas a estar preparado para la élite, pero sí se le veía distinto, sí.

Con Anuar me hubiese gustado jugar porque representaba muy bien lo que es el Real Valladolid. Vino de Ceuta y tuvo que salir cedido en dos ocasiones porque no se contaba con él, pero tuvo paciencia y madurez para saber esperar y para llegar a jugar al Real Valladolid, que es lo que él quería, y eso es de admirar. Creo que ‘Anu’ es una persona honesta, que pensó que había llegado el final de su ciclo, y aunque me da rabia no haber compartido vestuario con él, creo que se fue en el momento adecuado, porque cuando desciendes o cumples un ciclo, la gente no te mira de la misma manera y la cosa no acaba saliendo bien.

De alguna manera, y más siendo de la casa después de tantos años queriendo volver, has recogido su guante. A pesar de ser tu primer año, ¿sientes eso, que eres referente?

Sí, sí lo siento. Nunca había tenido este este papel de de ser un líder en el vestuario. porque a pesar de que llevaba muchos años en Cádiz y era uno de los veteranos, no tenía ese rol de líder y de ayudar a los jóvenes, pòrque las plantillas han sido más maduras y veteranas. Este vestuario tiene mucha gente joven y yo trato de enseñarles que fuera de casa hace mucho, mucho frío. y lo bonito que es jugar en casa, en tu ciudad, con tu gente y ser profeta en tu tierra, aunque sé que es muy difícil.

Este rol tiene sus pros y sus contras, pero me siento un líder y un referente para la gente. Sé que habrá muchos a los que no les guste mi juego. y es totalmente lícito y respetable, pero, sobre todo, el día que me vaya de aquí, quiero que se me recuerde como que he sido un capitán y un líder en los buenos momentos y en los malos momentos.

Iván Alejo besa el escudo el día de su presentación | Foto: Blanquivioletas
Iván Alejo besa el escudo el día de su presentación | Foto: Blanquivioletas

¿Cómo ha sido el proceso que te ha llevado a convertirte en este Iván Alejo y a volver a casa, después de varios intentos fallidos?

Ha sido difícil, porque en dos ocasiones he estado cerca de volver. Siempre, desde que me fui a un club muy grande como el Atlético de Madrid, tuve esa espina clavada, y llegó un momento en el que pensé que nunca se haría realidad, que es cuando me fui a Chipre. Cuando te vas a un lugar así, desapareces un poco del radar futbolístico de España y pensé que iba a ser difícil. Víctor [Orta sabía también que necesitaba una figura así, que, con la marcha de Anuar, se había perdido; alguien que conociese y remarcase delante de la gente y del vestuario lo que es el Real Valladolid.

Creo que si hay una persona que que puedo hacer ese papel soy yo por todo lo que he vivido fuera y también  por lo que quiero al Real Valladolid, porque aunque no soy el típico jugador de la cantera que ha estado muchos años aquí, yo amo al Valladolid. Era socio de pequeño, he sido recogepelotas, venía a ver todos los partidos y siempre lo he vivido, y creo que puedo ayudar en eso, y más con toda esa juventud que hay en el vestuario.

Además, en un vestuario muy vallisoletano.

Eso habla de que la cantera del Real Valladolid se trabaja bien. Para un aficionado ver a tanta gente de aquí tiene que ser un motivo de orgullo, aunque quizás no siempre se tiene paciencia con ellos. Para un jugador joven, esa paciencia es fundamental; estar a su lado en los momentos difíciles, ayudarles cuando salen al campo… El día del Almería hubo gente que se fue más contenta a casa por el gol de Maroto que por la victoria. Tener a tanto canterano con nosotros es un triunfo del que tenemos que estar orgullosos, porque pocos equipos en Segunda o en Primera lo pueden decir, más allá del Athletic Club o del Celta de Giráldez.

Mario Domínguez
Mario Domínguez, en su debut con el primer equipo | Foto: Real Valladolid

Llevas ya varios meses entrenando con ellos. ¿Hay algo o alguien que te haya sorprendido por encima del resto?

Lo que más me ha sorprendido es su humildad. Puede parecer un tópico, pero cuando un jugador no juega, cuando es joven, tiene alrededor a personas que a lo mejor le intenta hacer ver otras cosas que no son. El fútbol moderno está muy mal asesorado últimamente por representantes y por padres que quieren que sus hijos en la élite y que tengan que jugar. Eso aquí no existe; hay muchísima humildad, aunque se enfadan cuando no juegan, y eso bueno. Yo quiero que el jugador que no juegue esté jodido y entrene como Torres o Maroto, que son los mejores en datos físicos en todos los entrenamientos.

Si hay uno que me ha sorprendido es Mario Domínguez. A pesar de su juventud, creo que que tiene unas características que nos pueden venir muy bien. Es un delantero fuerte y, para la edad que tiene, es muy maduro, tanto en el campo como fuera del campo. Por lo poco que he podido conocerlos, creo que tiene una familia y un entorno que le asesoran bien, y su sigue así, va a ser un jugador a tener en cuenta en en el futuro cercano.

Tienes 30 años, pero la pregunta se me hace inevitable. ¿Dónde te ves el día de mañana?

Cuando llegas a un equipo se habla de todo, y cuando vine, yo le dije a Víctor Orta que iba a estar aquí hasta el día que el Real Valladolid quisiese. Yo quiero terminar mi carrera aquí, pero tengo una cosa clara: yo no vine aquí a arrastrarme y voy a estar siempre que física y mentalmente esté capacitado para ello. Mi objetivo a largo plazo, cuando acabe mi carrera, es quedarme en el Real Valladolid, porque creo que puedo enseñar lo que es ser canterano, lo que es estar fuera y lo que es estar en el equipo de tus sueños, que poca gente los puede cumplir.

A día de hoy, me veo muy bien tanto física como mentalmente, aunque es verdad que el hecho de estar en tu casa también te aporta euna esa dosis extra de responsabilidad que en algunos momentos es buena porque te puede dar ese pelín que te falta, pero si las cosas salen mal, te responsabilizan demasiado de los errores y eso a futuro le puede pesar mucho a cualquiera

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