Marc Valiente, Zakarya Bergdich, Fausto Rossi y Manucho se encuentran a una sola cartulina de cumplir ciclo de amonestaciones

Quedan tan solo siete encuentros para el final de la Primera División. Siete enfrentamientos en los que el Real Valladolid, para variar, se juega la vida. Siete envites en los que no cabrán piernas metidas a medias, de usted. En los que habrá que ir al límite para conseguir la anhelada salvación. Siempre, a poder ser, dentro de los lindes del reglamento, no vaya a ser que de intenso alguno tenga que perderse alguna de esas finales.
El fantasma de la expulsión acecha a quien se pasa de revoluciones. Pero no solo él. También las cartulinas amarillas amenazan, latentes dentro del bolsillo del colegiado de turno, avisadoras. “Si te pasas, no dudaré en salir”, dicen a gritos, haciéndose notar, aunque ocultas y susurrantes.
Y como más de un jugador se encuentra al borde de la sanción por acumulación de amonestaciones, con más motivo si cabe será necesario encontrar el punto intermedio entre la intensidad deseada y la pulcritud precisa.
Marc Valiente, Zakarya Bergdich y Manucho contabilizan cuatro tarjetas amarillas cada uno, de manera que son ellos los primeros que han de extremar estas precauciones, como Fausto Rossi, que contabiliza nueve cartulinas de este color. Es precisamente el italiano el jugador más sancionado, seguido de Álvaro Rubio, segundo en este apartado tras la marcha de Ebert, que, como él, había visto ocho amarillas.
El extremo alemán vio antes de irse una cartulina roja, por doble amonestación. Es una de las dos únicas expulsiones ante las que ha tenido que remar hasta la fecha el Real Valladolid, junto a la de Zakarya Bergdich, que fue injustamente expulsado contra el Levante, en la sexta jornada.
‘Caballo Loco’ apenas ha sido utilizado por Juan Ignacio Martínez en los últimos encuentros, de manera que una eventual sanción, aparentemente, no quitaría el sueño al técnico alicantino, bien por esta cuestión o porque, debido a ella, podría tardar en ver la quinta amarilla, si es que la ve. Caso distinto es el de Rossi, suplente en los últimos partidos, pero habitualmente utilizado como refresco, o el de Marc Valiente y Manucho.
Después del triunfo ante el Almería, forjado sobre la columna vertebral del pasado año, cabe esperar que contra el Valencia Juan Ignacio repita once, más aún teniendo en cuenta el buen juego mostrado. De esta manera, tanto el central catalán como el delantero angoleño se expondrían a ver una amonestación odiosa en tiempo –por el que queda– y forma –porque obligaría a retocar un pan que parece solvente–.
No obstante, no ha lugar a las reservas. Si lo ha habido, ya no queda. Es momento de dejarse todo sobre el tapiz. Y lo que tenga que ser, será. Premisa que vale igualmente para Javi Baraja, Víctor Pérez, Omar y Valdet Rama, que tienen tres tarjetas amarillas cada uno. Como valió antes para Rueda, Sastre, Peña, Rukavina, Guerra o dos citados, Rubio y Rossi, que ya cumplieron ciclo.
La alerta amarilla, por tanto, está activada para este final de Liga. Como si por inclemencias climatológicas fuera, conviene extremar precauciones, pero no temer ni esconderse. Como los resfriados, mejor uno a tiempo por tentar a la suerte que no buscarla y quedarse compuesto y sin salvación.
