Durante años, la leche con cacao ha sido el desayuno español por antonomasia. Y esa misma realidad, ha tenido dos tótems indiscutibles: ColaCao y Nesquik. Dos nombres que despiertan nostalgia, aroma a infancia y cucharas agitándose en tazas de leche. Sin embargo, la era de la conciencia alimentaria está desmontando muchos mitos, y lo que antes parecía un gesto rutinario como echarnos una cucharadita de cacao para empezar el día, hoy se mira con lupa para hacernos entrar en razón sobre su realidad nutritiva.
La nutrición se ha convertido en una conversación cotidiana y muy necesaria y, en medio de esa charla, figuras como Miodrag Borges, técnico superior en dietética y divulgador en redes sociales, se proponen que conozcamos mejor la realidad de muchos de nuestros productos habituales, para abrir los ojos del consumidor con un tono didáctico… e incómodo.
ColaCao y Nesquik, ante el espejo
Este creador tiene un vídeo que rodea a las dos marcas de cacao más famosas en España, siendo uno de los más comentados por los usuarios. Borges pone frente al espejo a los dos gigantes del desayuno y analiza sus ingredientes, mostrando, con un simple vaso transparente, las cantidades de azúcar que ingerimos en cada vaso.
De un plumazo, desmonta el relato del cacao de toda la vida. “Si estás tomando o dando ColaCao a tus hijos, debes saber que el clásico contiene un 70 % de azúcar libre”, explica Borges. A esa cantidad se suman un 22% de cacao desgrasado y un 5% de cereal malteado para aportar ese tono tostado tan característico del ColaCao. El resto, dice, son solo aromas y sales de cantidad meramente testimonial.
Pero no se queda ahí, pues hay para todos. Cuando llega el turno del Nesquik, el diagnóstico apenas mejora, con un 75% de azúcar, un 23% de cacao y un par de puntos porcentuales de vitaminas, emulgentes y canela. Dicho en lenguaje llano, no deja de ser un postre en polvo disfrazado de desayuno completo y equilibrado. El vídeo, que acumula cientos de comentarios, muestra lo que muchos sospechaban pero pocos querrían admitir y es que el desayuno más icónico de varias generaciones es, en realidad, un chute vacío de azúcar. Con un gran marketing entrañable, eso sí.
Entre la nostalgia y la alerta con ColaCoa y Nesquik
Y claro, el debate no tardó en encenderse en la red. Algunos usuarios le reprochaban al nutricionista ser un sensacionalista, argumentando que nadie ingiere 100 gramos de cacao por vaso, pero otros, en cambio, agradecen el recordatorio de que lo habitual no siempre es saludable aunque lleve con nosotros toda la vida. Pero aprender a equilibrar sin caer en la paranoia es lo ideal. Borge en ningún momento hace apología de abandonar estas marcas ni criminalizarlas. En el fondo, el vídeo ha puesto sobre la mesa algo más profundo que una simple comparación de etiquetas, pues la resistencia cultural a cuestionar los hábitos de siempre es bastante resistente y peligrosa.
Durante décadas, el desayuno español se construyó sobre el mito de la energía instantánea de la leche, el cacao y el azúcar. Un trío inseparable que simbolizaba infancia, familia y anuncios felices con la promesa de que nos convertiremos en adultos altos y fuertes. Pero el tiempo y la ciencia han cambiado el guion y hoy sabemos mucho más. Para empezar, sabemos que esa combinación provoca picos de glucosa, fomenta el consumo excesivo de azúcar en edades tempranas y deja un falso efecto saciante.
Pero Borges, lejos de demonizar esa práctica, ofrece alternativas notables, como utilizar el cacao puro 100% o endulzar con opciones más naturales. O simplemente recuperar el gusto por sabores menos azucarados, que podría ser interesante mirando a un futuro más saludable, pero su mensaje es más pragmático que radical, pues insta a entender lo que comemos y decidir después, ya con un conocimiento más profundo del tema y sin dejarnos llevar por la nostalgia.
