Ya está. Guillermo Almada es historia en el Real Valladolid. El entrenador charrúa salió ayer en su coche, junto a su segundo, Darwin Quintana, desde el José Zorrilla y con destino desconocido, pero con el objetivo a corto plazo de presentarse en Oviedo para firmar su nuevo contrato con el equipo asturiano. Hoy, como ha hecho oficial el club, el equipo ovetense, actualmente en la penúltima posición en la tabla, ha acabado por aceptar el acuerdo y hacerse con los servicios del entrenador deseado por Jesús Martínez.
Desconociendo aún las cifras reales de la operación, que ha tenido que darse de esta manera para evitar que la ley impidiera un segundo banquillo en España de Almada, se habla de que hay en torno a medio millón de euros encima de la mesa y la posibilidad de cerrar la salida de Kenedy a Pachuca en verano. Una realidad y un acuerdo que va más allá de precios y compromisos, pero en el que tiene mucha importancia la intención o no de estar en el Pucela, como comentó el propio Gabriel Solares en la sala de prensa del Real Valladolid en su comparecencia ante los medios.
“Después del Sevilla – Real Oviedo recibimos una llamada haciéndonos saber que tenían la intención de contar con él”, comentó el copresidente del Real Valladolid, que segura que Almada “quería escuchar la oferta”. Un escenario que hizo, inmediatamente, que Solares pensara que Almada estaba fuera ya del club, por plantearse siquiera la opción de ir a Oviedo. “La institución está por encima de cualquier persona”, afirmó Solares, que insistió en que la dirección deportiva está ya detrás del que será sustituto del uruguayo en el banquillo para el resto de la temporada. Hoy, Almada ya es historia tras 18 encuentros disputados.
Los “debes” que deja atrás Almada
Lo esencial, como casi siempre, es algo futbolístico. Guillermo Almada no consiguió los mejores resultados con este Real Valladolid. Ni siquiera se puede decir que sea seguro que el Pucela que nos hemos encontrado en estos meses es el mejor que podríamos haber visto. El techo de este equipo es toda una incógnita, sobre todo en cuanto a lo que parece que debería ser el objetivo de un equipo recién descendido con intención de volver cuanto antes.
En defensa, el equipo ha ido cayendo cada semana un poco más. Más allá del gran papel de Guilherme y de la recurrente buena imagen de un David Torres más que excelente este año, la defensa cohesionada y organizada de las primeras jornadas fueron desapareciendo. La seguridad del equipo parece más cerca de las buenas actuaciones individuales que de la realidad de esa colectividad que podía dejar la portería a cero en las primeras jornadas. Los errores, recurrentes, han condenado al Valladolid a encajar demasiadas veces y, con su capacidad ofensiva, se ha convertido en un Tourmalet para los blanquivioletas.
En creación, el vacío es aún más grande, sin capacidad para generar juego. La relación de este equipo con el juego asociativo es más que limitada. Ni el perfil de Lachuer, demasiado por debajo de lo esperado de momento, ni la presencia de perfiles como el de Maroto, Ponceau, Meseguer o Juric dan demasiadas esperanzas para construir por dentro, siempre y cuando no se apueste más por un fútbol más reposado y con menos prisa por llegar a portería contraria. Con otras vías y con confianza para perfiles más reposados puede que viéramos otro Valladolid más inspirado… Pero hay dudas.
En ataque, la razón del decaimiento total del equipo es más que evidente. Del vacío en ataque… ¿Qué decir? No se puede entender que un equipo que genera más que casi todos los equipos de LaLiga Hypermotion no consiga, como poco, un número de goles que le coloque cerca de sus objetivos. Cuatro delanteros centro en la plantilla y apenas cinco goles marcados en total por todos ellos.
El ocaso de su tiempo en Valladolid parte también de la realidad a la que se enfrentó cada jornada. Muy lejos de los resultados esperados tras un verano de muchas incorporaciones y de evidentes ausencias, Almada se refugió siempre en la falta de gol como hecho innegable para refrendar que su trabajo, desde la banda y en los entrenamientos, ya estaba hecho. En el campo, sin embargo, las deudas son lo suficientemente graves como para pensar que la tabla de Segunda División no mentía.