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Alternativa al cubo

por Jesús Domínguez
6 de abril de 2012
en Sin categoría
Bueno

Chuki marca otro gol de tres puntos

Mis 3 favoritos del Real Valladolid: Jornada 12

Las 3 claves de la victoria del Valladolid ante el Granada

Miroslav Djukic maneja hasta tres opciones distintas -en toda la extensión del término- para sustituir en el once al lesionado Sisi.

 

JofreDesde que comenzó la competición a finales de agosto, una duda se ha abierto en forma de puerta hacia el once cada semana en que Sisi no estaba disponible para jugar en uno de los dos frentes del ataque del Real Valladolid. Como no podía ser de otra manera, la actual no ha escapado del debate, suscitado en torno a si debe ser Jofre, Marquitos o Alberto Bueno de la partida en Chapín, tres jugadores que partiendo desde el costado izquierdo del ataque pueden ofrecer matices varios, ricos todos ellos, a la vanguardia blanca y violeta.

La posición no es desconocida para ninguno de los tres, especialmente para el catalán y el ibicenco, para quienes es natural ocupar esa zona del campo. El primero, de hecho, aparece por ahí cada vez que salta al césped. El segundo, por su parte, inició la campaña jugando por la derecha, pero con el tiempo y la pretensión de Miroslav Djukic de dotar de una mayor profundidad al equipo ha terminado por volver a jugar, cuando lo hace, en el carril siniestro.

A Alberto Bueno, por su parte, se le ha visto tan solo de forma circunstancial en esta posición. En los albores de la temporada, con el retorno de Guerra y un afán combinativo que renació con el éxito que entonces no surtió la pasada semana, frente a la Unión Deportiva Las Palmas.

Pese a no ser el mejor encuentro de Jofre Mateu, la entrada del madrileño sorprendió a propios y extraños, teniendo en cuenta el naufragio del invento en su première y que el catalán apenas había dispuesto de cincuenta minutos sobre el terreno de juego, tras sustituir a Sisinio al cuarto de hora de iniciarse el envite.

La intención de convertir a Óscar González y al madrileño en sociedad de recursos ilimitados a todos los efectos tuvo éxito por dentro y por fuera, especialmente cuando Mehdi Nafti acabó con las dobles parejas al entrar por Álvaro Rubio. Ganó con la permuta el Real Valladolid a un hombre en la presión alta y jerarquía en la salida de balón, no porque la de Rubio sea deficiente, sino porque sin él desapareció un escalón hacia la puerta.

En el caso de que apueste Djukic por dar entrada a Bueno desde el inicio, estará apostando por dominar el mayor número de zonas de influencia posibles. Por un lado, la parte central del terreno de juego vería como a Víctor Pérez, Álvaro Rubio y Óscar González se les suma otro jugador cuyo trato de balón es sinónimo de posesión; mientras que cerca de la línea de cal obligaría a Peña a cobrar un mayor protagonismo.

En buena lógica, la titularidad del ‘quince’ podría provocar momentos de colapso interno, que podrían agravarse en el supuesto de que la circulación sea lenta y los conductores del juego vallisoletano no encuentren vías de ruptura claras entre una eventual maraña de jugadores azulinos replegados.

No obstante, como se vio en el postrero gol de Óscar el pasado fin de semana, sin darle prioridad a la amplitud, Bueno también puede ser sinónimo de extremo, o incluso, por qué no, convertir al propio mago en momentáneo hombre escorado con unas permutas que a buen seguro llevarían a la zaga xerecista a la locura.

MarquitosFrente a sus más que probables diagonales, Marcos García ofrecería un trato semejante de balón, aunque con matices. Frente a la capacidad de improvisación entre líneas de Alberto Bueno, Marquitos muestra un mayor empeño por batir el frente rival de forma indirecta, mediante asociación en corto, o rompiéndolo no tanto con pases verticales como encarando a su par.

Él y Sisi son los chicos para todo del ataque que maneja Djukic, un hombre capaz de aparecer tanto por su perfil natural como por el contrario, de apoyarse en la mediapunta y buscar la meta rival o ser a su vez apoyo del lateral en los pasillos cercanos a las franjas blancas externas del campo; de ser el paso intermedio entre la galopada de Peña y el centro al área.

Su falta de gol convierte sus internadas en busca del disparo en menos peligrosas que las de Nauzet, pero su movilidad le permitiría intercambiar posiciones con el canario en diferentes momentos del encuentro, buscando -en este caso sí- la sorpresa desde el pico externo del área por parte de Nau.

Entre medias entre la pausa de Bueno y la aceleración de Jofre, podría ser un paso intermedio acorde a la calma con que el equipo de Djukic mastica la jugada; el aditivo perfecto del chicle con el que el Pucela engaña al rival antes de buscar el mordisco ávido del gol.

Jofre Mateu, mientras tanto, es el largo cuando los demás son el ancho. El lejos cuando todos son cerca. Un extremo de los que disfrutan del olor de la cal y de vivir en la línea de fondo, por más que ocasionalmente inicien expedición interior buscando colocar su bandera allí donde yace la fragancia del fútbol.

Cuando el equipo danza el rito del tanto sobre el cerco enemigo, él se erige Caballo Loco, para lo bueno y para lo malo. En la guerra de trincheras en la que se sumerge quien se sabe inferior puede ser el héroe que derribe sus cimientos con un centro hecho granada o el primero en caer con torpeza, convirtiendo a la desidia y la desaparición de la faz del terreno de juego en su herida mortal.

Bueno es el panadero artesano. Marquitos, la abuela cocedera. Jofre, el alma rebelde que gusta de cagalgar tan libre como el motor del microondas le permita. Esto es, la prisa y la comida rápida frente al reposo del que se cree gourmet. Lo que no le convierte, en cualquier caso, en una opción peor -que levante la mano a quien la pereza jamás le haya hecho comer hamburguesa-.

Probablemente sea el más puro de los extremos que el Real Valladolid tiene en nómina -o pendientes de cobrarla-. El hombre más capaz de convertir el cuero en agente externo en un verde que podría pisar como réplica de mayor amplitud que Nauzet, hombre cuyos orígenes son mesetarios en lo que a fútbol concierne, por más que hoy su acento sea plenamente costero.

Bueno DjukicManeja Djukic, así pues, tres opciones distintas -en toda la extensión del término- para sustituir al pequeño hiperactivo Sisi, después de que éste volviese a caer lesionado de su dichoso hombro derecho el pasado fin de semana ante la Unión Deportiva Las Palmas. Una alternativa al cubo pendiente de los matices que el serbio quiera dar al juego de su equipo en el siempre complicado estadio de Chapín.

Como el patrón es el mismo, será mismo el rumbo hacia la victoria; la pausa y el fútbol a fuego lento del que el míster del Real Valladolid disfruta y promulga.

Dentro de la personalidad del grupo y de la intensidad que éste deba mostrar, sin embargo, caben marineros de perfiles distintos. Hasta tres en el caso del extremo izquierdo. Todos válidos; sólo uno escogido. ¿Cuál? Mañana se despejará la incógnita.

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