Álvaro Planas lleva más de dos años fuera de casa, persiguiendo el tópico del sueño americano. Integrante de la prolífera generación del 2005 a la que pertenecen los Koke, Garri o Hugo San, el canterano del Real Valladolid emigró en 2023 al soccer universitario, concretamente, a la universidad de Saint Francis, para compaginar unos exigentes estudios en Ingeniería con el fútbol, después de recalar en la UD Sur siendo juvenil. Durante la fase de preparación de la que será su tercera temporada en Estados Unidos, repasa con Blanquivioletas cómo está siendo esta aventura. Spoiler: dice recomendarla a todo al que se le presente una oportunidad así…

Después de dos temporadas en Estados Unidos, ¿cómo valora su estancia en el soccer?
Venir a Estados Unidos supuso un cambio realmente grande en mi vida. En el aspecto deportivo, la cultura es totalmente distinta a la que estamos acostumbrados en España. Es un deporte muy físico; se prioriza la parte física sobre el aspecto técnico y táctico. Mi primera temporada fue bastante positiva: marqué varios goles, tuve la suerte de ser nombrado rookie de la semana una vez, otra semana fui mencionado honoríficamente por haber marcado… Sentí que tenía galones y que era importante, pero no pudimos ganar las semifinales de conferencia. El año pasado fue más complicado para mí porque tuve alguna lesión muscular, sufrí algún problema respiratorio y con las alergias… Pero para esto vine aquí, para ser más fuerte, para aprender a superar ese tipo de baches y para ser más independiente.
¿Ha sido fácil la adaptación?
Adaptarse al deporte universitario siempre cuesta, porque no dejas de competir contra gente mayor que tú, sobre todo el primer año, y al llegar siempre estás a expensas de ver el nivel y la manera de jugar. Siempre que pongas de tu parte, con trabajo y actitud, todo es posible. El primer año noté más la diferencia física porque no estaba tan acostumbrado al gimnasio y, por ejemplo, en la banda, notaba que a lo mejor me faltaba un poco más de velocidad en algunas acciones. En lo personal, la distancia no ha sido tan dura en los últimos tiempos, aunque los inicios nunca son fáciles. Hoy en día, gracias a las redes sociales y a las conexiones telefónicas, puedo estar en contacto con gente que está en España.
¿En qué momento de la temporada están ahora?
Aquí las temporadas se dividen en el Fall y en el Spring, y estamos en el Spring. El Fall suele ser de agosto a principios de diciembre y es el núcleo de la temporada: entrenas todos los días bastantes horas, tienes dos o tres partidos a la semana… Deportivamente es muy exigente, y por eso hay gente que reduce el número de créditos y clases que toma, aunque yo trato de seguir las mismas que en el Spring, porque aunque suponga una exigencia alta, es para lo que he venido aquí. Durante el Spring, el primer mes es menos exigente en lo físico, pero a partir de febrero te vuelven a meter bastante ‘caña’. Por suerte, en los partidos que he jugado en esta etapa he jugado y he metido varios goles. Esas sensaciones son importantes, y también el no parar en verano, porque en cuanto llegas en agosto esto empieza y no para, y cuando te quieres dar cuenta, se te ha pasado la temporada.
¿Qué rol desempeña o ha adquirido en el equipo?
El año pasado, por desgracia, no tuve tanta importancia, pero este cuatrimestre he empezado con muchos minutos, marcando algunos goles y recibiendo la confianza del entrenador. Creo que voy a ser uno de los jugadores importantes y tengo que ser profesional y tirar del carro, porque, al fin y al cabo, ya soy veterano. Creo que puedo marcar las diferencias y quiero hacerlo, porque mi universidad pasa de ser de categoría D-I a ser de D-III y probablemente me tenga que transferir. Quiero mostrar mi nivel y tratar de ganar la conferencia.

¿Cómo es el plantel que le rodea?
Cuando venimos a Estados Unidos, todos tenemos dudas al venir, pero el nivel es bastante alto. Al jugador local se le nota que quizá no esté al nivel técnico de los europeos, pero en mi equipo hay bastantes europeos: hemos tenido bastantes alemanes, portugueses, alemanes, croatas, chipriotas… El primer entrenador es alemán y el segundo es de Irlanda del Norte. Los jugadores que están aquí vienen de canteras como Friburgo, Mainz, Leeds United, Rio Ave, APOEL… Son jugadores que quizás priorizaron los estudios y dieron este salto al fútbol universitario, al que dan bastante competencia, que dan un buen nivel, que a menudo acompañan varios americanos destacados o incluso algunos sudamericanos.
¿Y la universidad?
A nivel académico el sistema es distinto al de las universidades europeas. En mi Ingeniería noto que los trabajos están más enfocados al mercado laboral y a lo que nos vamos a encontrar el día de mañana, más allá del marco teórico y la simple respuesta en un examen. Por ejemplo, he tenido que cursar Física y Química y he notado que priorizan mucho los laboratorios, en sesiones que duran tres o cuatro horas, en las que eres tú quien investiga y manipula las cosas. Esto no quiere decir que no tengamos que estudiar, pero tenemos bastantes tareas prácticas.
“En España jugar a un nivel alto y estudiar una Ingeniería es incompatible”
¿Qué horizonte prevés en adelante? ¿Qué idea tienes respecto a seguir creciendo en lo deportivo? ¿Piensa en ello, o está pensando más en lo académico?
En España jugar a un nivel alto y estudiar una Ingeniería creo que, desgraciadamente, es incompatible. En Estados Unidos, en estos contextos, nos tratan como deportistas profesionales, porque la dedicación al deporte es bastante alta, aunque también lo académico tiene importancia. Vine para compaginar ambas facetas, aunque mi sueño de ser futbolista no se ha diluido y quiero pensar que puedo volver a jugar en el fútbol europeo, aunque sea siguiendo una ruta alternativa en ligas menos conocidas. No obstante, mis padres siempre me han inculcado que la parte académica muy importante y no dejo de estar estudiando un título de Ingeniería en Estados Unidos, que creo que me va a dar muchas posibilidades. Elija un camino u otro, tengo la certeza de tener un Plan B.
¿Se ha enfrentado a algún español o ha tenido contacto con alguno que esté en una situación parecida?
Recuerdo que en mi primer año, en las semifinales, me enfrenté a seis o siete españoles y resultó curioso. Hay bastantes jugadores españoles y en D-I o D-II hay algunos excompañeros con los que jugaba en Valladolid, como Álex Rodríguez, Héctor Nieto, Raúl Cañas…

¿Recomendaría la experiencia a otros chicos de Valladolid?
Sí, sin duda. Cada experiencia es distinta, pero las oportunidades que ofrece Estados Unidos son bastante interesantes en lo económico. Creo que todo el que pueda recibir una beca debería probarlo, porque el solo hecho de que pase este tren es una oportunidad fantástica. Hay quien no se adapta y se tiene que volver, pero es una nueva experiencia deportiva y también personal, por la independencia que adquieres, por el nivel académico… Yo el día de mañana sé que podré poner el dedo sobre un país en el mapa y que, en muchos, conoceré a gente. El enriquecimiento personal de una experiencia así es muy importante, porque conoces muchas nuevas culturas y sales de tu zona de confort.
