El Real Valladolid Promesas visita al Unión Adarve (domingo, 12:00 horas) con el firme objetivo de cambiar la dinámica de finales de 2017 y alejarse del farolillo rojo

Dice el refrán, muy repetido en estas fechas, que año nuevo, vida nueva. Necesaria, en el caso del Real Valladolid Promesas, que se ve obligado a sumar de tres ante el Unión Adarve (domingo, 12:00 horas) si quiere huir de forma convincente y definitiva del farolillo rojo.
La victoria sería un soplo de aire fresco para los de Miguel Rivera, que, aunque terminaron 2017 recibiendo un severo correctivo por parte del Madrid Castilla, habían mostrado un conato de reacción con sendas victorias ante la Gimnástica Segoviana y el Racing de Ferrol.
Será una nueva prueba de fuego para el filial que, además de sus circunstancias, deberá adaptarse a un campo pequeño en el que sin duda la presión será un factor a tener en cuenta. No en vano, a los jugadores del Unión Adarve se les conoce como la ‘manada’ o ‘los lobos del barrio del Pilar’.
Una ferocidad, hipotética, que, sin embargo, no ha sido suficiente para vencer a los blanquivioletas en los dos enfrentamientos que han disputado ambos conjuntos. En pretemporada, el Promesas se impuso 2-0 gracias a los tantos de Becerra y Sinisterra. Ya en liga, en el que fue el debut de ambos en la 2017/18, pucelanos y madrileños firmaron tablas (1-1). El gol del filial fue, nuevamente, de Becerra.
Precisamente, el delantero es una de las dudas que maneja Rivera a la hora de elaborar la citación. Misma incógnita es Chris Ramos quien, tras no viajar con el primer equipo a Pamplona, podría disputar sus primeros minutos con la elástica blanquivioleta. El técnico del filial también tiene la duda de Miguel, por lo que tendrá que volver a recurrir a los juveniles Apa y Pablito; este último, citado por primera vez por el andaluz e inédito en una lista del Promesas desde las primeras jornadas.
El choque, vital para los intereses del Promesas, también guarda espacio para las curiosidades. De disputar minutos, Adrian Wojcik, quien fue fichado para reforzar al filial pero abandonó la disciplina blanquivioleta en el mismo mercado estival, podría vivir el enfrentamiento en los dos bandos en una misma temporada.
El delantero hispano-polaco disputó sus únicos minutos como blanquivioleta en liga frente al que ahora es su equipo. No obstante, su marcha al Unión Adarve no fue todo lo exitosa que él, a priori, podía esperar. Apenas ha disputado quinientos minutos y solo ha anotado un tanto frente al Guijuelo.
Nueve puntos separan a ambos conjuntos en la tabla. Nueve unidades que parecen un mundo para dos equipos en una situación bastante distinta: uno, en la relativa tranquilidad; otro, con las ganas de aprovechar el año nuevo para revertir la situación. El tren del Promesas para mantenerse en la categoría pasa por el madrileño barrio del Pilar. Es hora de que el filial se suba a él.
