Para el Real Valladolid Promesas, el último día de mercado llega después de acometer dos fichajes y de la marcha de dos jugadores, cifras que podrían ampliar, eso sí, con una tercera salida antes que nada

Ha sido un buen mes el de enero para el Real Valladolid Promesas. Ha jugado cinco partidos y no ha perdido ninguno; ha ganado tres y empatado dos. Gracias a los once puntos obtenidos sobre los quince puestos en juego, el filial ha asomado la cabeza del descenso y es decimocuarto, con siete unidades sobre la zona caliente y seis sobre el play-out.
Y además, parece que los movimientos del mercado le han venido bien. Estaba previsto acometer un fichaje, el de un delantero, pero como ha habido dos salidas, además ha llegado también un mediocentro. De hecho, aunque el punta era prioritario, la rescisión de Dani Espinar provocó que, sobre la marcha, cambiasen las necesidades y que el primero en llegar fuera precisamente un centrocampista, Jorge Juliá.
El valenciano, en apenas dos semanas, se ha convertido en el capitán general de la zona media. Fue titular en Guijuelo, donde demostró principalmente sus dotes defensivas, y repitió ante el Cacereño, en un encuentro en el que fue el mejor gracias al equilibrio que aporta, a ese buen hacer en labores oscuras y a todo cuanto sumó en otras facetas, incluyendo un gol.
Aunque en un principio no se aguardaba su salida, dado que parecía reticente, también se marchó Pelayo, este cedido, al Cristo Atlético. Y entonces sí, llegó el delantero, el murciano Higinio. Que, como Juliá, ha participado en los dos envites posteriores a su desembarco en el filial. Acumula ya 46 minutos, cuatro más que un Pelayo que no tenía sitio. Y también ha visto ya puerta, también ante el Cacereño, contra quien tuvo una buena actuación en el tiempo del que dispuso.
Con los cambios de cromos citados, el Real Valladolid Promesas ha sumado dos efectivos a la causa, además donde tenía carencias. Andaba falto de un centrocampista mixto, del corte de Juliá, que pudiera dar mayor firmeza a la zona ancha junto a Anuar, y de un atacante de un corte diferente, quizá más de área que los que ya tenía.
De esta manera, José Antonio Prieto ‘Cata’, coordinador de las categorías inferiores, afronta el último día del mercado con los deberes hechos, o por lo menos con buena parte. Si la eventual escasez de minutos que puedan tener Dani Vega o Mayoral se puede paliar haciéndoles bajar al División de Honor, con Isma Casado no sucede lo mismo.
En las veintitrés jornadas transcurridas hasta ahora, Isma Casado ha participado ocho veces, pero solo una como titular y solo suma 219 minutos. Con la citada llegada de Higinio, añadida a la competencia ya existente, parece no tener sitio, por lo que no sería del todo descabellado que bien él, bien el club o ambas partes busquen una salida.
Después del partido ante el Cacereño, Cata no confirmaba ni desmentía nada. Con un lacónico “hay que ver” zanjaba cualquier pregunta. Incluso la formulada a Borja Jiménez con anterioridad: si habrá alguna llegada. “Antes de entrar hay que dejar salir”, decían ambos, con el añadido, en el caso del coordinador, de la tranquilidad de que lo que ha venido ya aporta.
“Hemos dado dos salidas y han venido dos fichajes”, recordaba el gallego, a lo que añadía que “por la situación económica”, no habrá ninguna cara nueva más a menos que alguien se marche. Por si esto sucede, el Real Valladolid está expectante.
