Se suele decir que saber con qué centrocampistas juegas, es fácil saber a lo que juegas. Hay futbolistas que se adueñan del juego con cierta facilidad y sostienen el andamiaje sobre el que se construye el juego del equipo. En un equipo como el Deportivo Alavés, el rol que tiene ese valor tiene nombre y apellidos. Antonio Blanco, mediocentro cordobés de 24 años, posee una madurez futbolística que le hace ser un líder con y sin balón. En el Alavés no se entiende hoy el equilibrio sin él, y no se concibe el futuro inmediato sin su figura en el centro del campo.
Formado en Valdebebas, Antonio Blanco fue uno de esos talentos que creció bajo la exigente lupa de un Real Madrid que decidió, en un momento dado, dejar salir un talento que ya prometía en esos días merengues. El jugador cordobés pasó por todas las categorías inferiores blancas, fue capitán en varios tramos e incluso debutó en Primera División con Zinedine Zidane. Pero su eclosión, al tocar techo en el Castilla, no le hizo encontrar minutos reales para crecer en todo un Real Madrid. Mirar más allá le hizo recalar en un Alavés del que ya es el amo.
De Madrid a Vitoria
Llegó a Mendizorroza en enero de 2023. El Madrid lo cedió al Alavés en ese pleno intento del club por regresar a la élite. Sin la potestad de hacerse con el cariño a base de goles, fue la brújula en la medular. En solo unos meses, se ganó la confianza de la grada y del vestuario con un toque de calidad diferencial.
El ascenso fue una obra coral, pero su influencia en la segunda vuelta fue capital para que el equipo llegara a su objetivo. El club tuvo claro que, si había que hacer un esfuerzo, debía ser para quedarse con él. El Alavés fichó en propiedad a Antonio Blanco y le dio unos galones que él mismo se había ganado. Desde entonces, no ha dejado de crecer.
¡Qué partido!
¡Qué victoria!
¡Qué afición!Un paso más cerca del objetivo ➕3️⃣ Goazen @Alaves! #AquíNadieSeRinde #GoazenGlorioso pic.twitter.com/4OHGrmDrRU
— Antonio Blanco (@Antonio_6Blanco) May 15, 2025
Sin duda, la temporada 2024/2025 ha sido la de su consagración como generador de juego en Vitoria. Titular indiscutible, Antonio Blanco ya ha participado en 35 encuentros, con más de 2.600 minutos jugados en LaLiga. Unas cifras que hablan de fiabilidad y de continuidad, que no dicen tanto como lo que se ve en el campo en cuanto a su capacidad para definir el ‘tempo’ de su Alavés.
Antonio Blanco, un mediocentro de techo alto
Un “ritmista”, como se suele comentar últimamente. Un jugador que manda cómo y cuándo. Como suele ser común, no necesita adornarse para destacar, pero deja destellos de una calidad indescriptible, que cuando sale define su techo real a nivel técnico y táctico. Sus partidos se leen mejor cuando lo miras sin balón. Siempre atento a las coberturas, dando apoyo, anticipándose… Ese tipo de cosas que no aparecen en las estadísticas pero que cambian la dirección de una jugada y de un partido. Hasta de una temporada.
Luis García Plaza lo entendió como un pilar del sistema y así dejó que se activara para facilitar la gestión del centro del campo. Su sustituto, Eduardo ‘Chacho’ Coudet, ha seguido apostando por él sin reservas como el mariscal del mediocampo. Ambos técnicos han coincidido en reconocer en Antonio Blanco como ese tipo de jugador dominante que no solo destaca, sino que hace mejores a los que lo rodean. Y no, no es una frase hecha.
El Alavés, mientras tanto, sabe que tiene un aliado de nivel con Antonio Blanco. Si ser el que sume estadísticas vitales, su presencia en el campo siempre garantiza orden. Es algo más que un buen futbolista en el centro del campo de un equipo con voluntad de salvarse. Un faro en la oscuridad capaz de dar sentido al fútbol del Alavés.
			
