El choque del viernes entre Valladolid y Ceuta traerá algún reencuentro importante entre los que no se encontrará el de Dani Aquino con el estado donde un día soñó con jugar. Volviendo a ser protagonista en el fútbol español gracias a formar parte de una temporada memorable para la afición de la AD Ceuta, el delantero murciano, que hace más de una década pasó por el Real Valladolid, ha liderado con goles y carácter el histórico ascenso del conjunto caballa a Segunda División, rompiendo una espera de 45 años.
La historia de Aquino es la de un futbolista que, tras recorrer numerosos vestuarios y vivir etapas de todo tipo alrededor del mundo, supo encontrar en Ceuta un espacio donde poder sentirse valorado y un escenario perfecto para reivindicar su vigencia. Hoy, tras su salida del equipo ceutí en dirección a Marbella, su estela no se deshará tan rápido para los que un día corearon su nombre por aportar su granito de arena en el ascenso del Ceuta a la categoría de plata.
Hijo del también futbolista Daniel ‘El Toro’ Aquino, nació en Murcia un 27 de julio de 1990 e irrumpió en el fútbol profesional siendo apenas un adolescente. Con el Real Murcia logró debutó precisamente en la Segunda División, con apenas dieciséis años, y lo hizo marcando. Esa facilidad para el gol es algo que no pasó desapercibida para los aficionados ni para los seleccionadores nacionales que confiaron en algún momento en esa soltura y talento.
Aquino, carrera inquieta y pasado en Valladolid
Es por ello por lo que formó parte de aquella generación dorada de España sub-17 que ganó el Europeo en 2007 y fue finalista del Mundial, compartiendo vestuario con nombres que luego serían grandes figuras de la élite del fútbol español como De Gea o Bojan Krkic.
Su precocidad y olfato de gol lo colocaban como una de las grandes promesas del país, por lo que, tras varias campañas en su club de origen, su carrera empezó a orientarse hacia distintos destinos. Fue entonces cuando, en la temporada 2011/12, llegaría al Real Valladolid, un equipo en la pelea del ascenso que trataba de pelear por volver a Primera División y que estaba formando una plantilla de alto nivel para ese objetivo.
En Valladolid, sin embargo, las oportunidades de Dani Aquino fueron más que escasas, con apenas un partido oficial disputado que, brevemente, le dejó el grato recuerdo de haber podido vestir la camiseta blanquivioleta y haber compartido vestuario con jugadores de gran nivel como Sisi, Javi Guerra u Óscar González. Su paso por el José Zorrilla fue un capítulo fugaz, pero le permitió experimentar la presión y el rigor de un club histórico en apuros. Un equipo y unos colores que tienen mismo objetivo para la 25/26 y que el próximo día 15 de agosto se enfrentará a otro de sus exequipos, el Ceuta.
Trayectoria y llegada al Ceuta
Después vendrían diferentes etapas en el Real Oviedo, el Atlético de Madrid (donde llegó a debutar en el primer equipo), Numancia, Racing de Santander y de nuevo el Real Murcia, entre muchos otros, incluso en el extranjero. En Santander vivió una de sus etapas más prolíficas, con cifras goleadoras de doble dígito y un papel protagonista en el ataque del equipo de El Sardinero.
Con el tiempo, su carrera se fue orientando hacia clubes en los que, más allá de los focos, encontró continuidad y responsabilidad. Badajoz, Mar Menor o San Fernando fueron paradas en las que fue acumulando experiencia y aprendiendo a leer los partidos con la calma de quien conoce todos los ritmos del juego. En el verano de 2024, la AD Ceuta lo incorporó con la misión clara de cumplir como uno de los líderes ofensivos de un proyecto ambicioso que buscaba, precisamente, acabó por cumplirse.
Aquino no tardó en responder a la confianza con goles y liderazgo. Su debut, con un doblete ante su afición, fue una declaración de intenciones y, a partir de ahí, su temporada como delantero se convirtió en una cadena de actuaciones determinantes dentro del equipo caballa, sumando diez goles en total, uno de ellos, importantísimo, por citarse con la red en la final que le daría al Ceuta la oportunidad de volver, más de cuarenta años después, a la categoría de plata. Más allá de las cifras, su impacto en el juego fue evidente, siendo un experimentado atacante con calidad en el disparo, Aquino fue capaz de generar numerosas ocasiones para sus compañeros.
El 11 de mayo de 2025, el Ceuta certificó su ascenso a Segunda División, y Dani ‘Torito’ Aquino estuvo en el centro de la celebración. Su experiencia en otros ascensos y su carácter competitivo se hicieron notar en los momentos clave, cuando el equipo necesitaba calma y eficacia. El entrenador no dudó en elogiar su profesionalidad, describiéndolo como un jugador que lo dio todo por el escudo. La afición, por su parte, lo despidió como uno de los grandes héroes de la temporada, consciente de que su aportación había sido fundamental para alcanzar un objetivo que parecía inalcanzable no hace tanto tiempo.
Con el objetivo cumplido, Aquino se despidió de Ceuta dejando una huella profunda. Ahora, regresa a su tierra para iniciar una nueva etapa en el UCAM Murcia, un movimiento que le permitirá estar cerca de su familia y que, al mismo tiempo, representa un nuevo desafío para seguir demostrando que su instinto goleador y su oficio siguen intactos a los 35 años. El murciano afronta esta etapa con la confianza que da haber sido protagonista de un éxito colectivo tan significativo consciente de que dos de las realidades en su trayectoria se medirán en la primera jornada de LaLiga Hypermotion.