Se avecinan cambios en la defensa del FC Barcelona. Nombres como los de Eric García, Andreas Christensen y sobre todo, Ronald Araujo, podrían estar en la rampa de salida del club azulgrana. Con la necesidad, un verano más, de liberar masa salarial, es en la zaga donde más se puede aprovechar y ejecutar una limpia de efectivos que, a nivel de cuentas, le puede venir realmente bien al club. Más si cabe con las llegadas de Joan García y, presumiblemente, la de Nico Williams. Con la capacidad para firmar jugadores pero no para inscribir, la vía de las bajas liberaría suficiente para pelear por entrar en la regla 1:1, normativa de la propia Liga y cuyo presidente, Javier Tebas, confirmó que el Barça no estaba.
De todas las posibles salidas, la que menos probable puede ser pero la que más interesa es la del central uruguayo. Salido de La Masía y con una proyección tremenda, su lesión, sumado a su bajo nivel esta temporada, le colocan como una opción suculenta de la que aprovechar para hacer caja. El mayor impedimento, su devaluación en los últimos meses.
Araujo, en el alambre
Al filo de marcharse durante el pasado mes de invierno, tras la Supercopa de España y su gran actuación, al central se le pidió que continuase en el club. Hizo caso y continuó. Aunque lo cierto es que nunca ha estado asegurada su continuidad. En la actualidad, el tercer o incluso cuarto central, sabe que tendrá muy complicado poder estar en el once de manera continua. Con Pau Cubarsí e Iñigo Martínez muy por delante, su papel apunta a ser el de un jugador residual, algo a lo que se niega categóricamente. Aún así, el club no forzará su salida. Desde las categorías inferiores en el club, su barcelonismo se ha ganado que sea él quien tome la decisión. Una respuesta que sea cual sea, el club respetará.
Ofertas es evidente que no le van a faltar. Aunque su nivel ha sido el de un jugador irregular, su actuación en las semifinales de la Champions ante el Inter marcaron un antes y un después. Esa actuación, acompañada de la falta de minutos le han llevado a ser uno de los jugadores más devaluados de la plantilla. Tras la última actualización de Transfermarkt, el central ha pasado de los 70 millones, a estancarse en los 35, cifra muy inferior a su cláusula de 60 millones que se activará a partir del mes de julio.
Por supuesto, de dar salida al jugador, el club se libraría de pagar uno de los salarios más altos del vestuario culé. Con un sueldo de 10 millones anuales, su salida liberaría una masa salarial que al club le vendría de perlas. Pase lo que pase, serán semanas intensas entorno al futbolista del Barça.
Christensen, más fuera que dentro
Quien sí parece que va a salir es el central danés. Sin protagonismo tras su lesión del pasado año, apenas ha tenido importancia en el juego de Hansi Flick. Eso ha provocado que sea prácticamente el último central de la plantilla, lo que provocaría que su salida sea cuestión de días. Arabia, principal interesado en el central culé y ex del Chelsea.
