Si eres autónomo, seguro que esto te interesa. Y procura leerlo todo antes de cabrearse, aunque sea complicado. Y es que el Gobierno prepara una vuelta de tuerca al sistema de cotización por ingresos reales que promete no dejar a nadie indiferente. Son casi tres millones y medio de autónomos en España.
Un número de trabajadores que sostienen una buena parte del tejido económico español y que, a partir de estas nuevas medidas, deberán rascarse un poco más el bolsillo para cuadrar cuentas con la Seguridad Social. Y es que, a partir de 2026, las cosas van a cambiar. Y cuando se dice eso de “un poco más”, en algunos casos son varios miles de euros al año. Casi nada.
De momento, la propuesta que maneja la Seguridad Social prevé un aumento generalizado de las cuotas de autónomo en todos los tramos, con subidas progresivas hasta el año 2028. El objetivo del Gobierno, al menos sobre el papel, es ajustar las cotizaciones a los ingresos reales y avanzar hacia un modelo más equitativo para todos los trabajadores. En la práctica, sin embargo, muchos profesionales autónomos temen que el nuevo sistema pueda convertir el mero hecho de intentar emprender como un lujo que no se puedan permitir.
Una teoría que afectará al bolsillo
Lo cierto es que los números no engañan. En el tramo más bajo, aquellos que ingresan menos y, por lo tanto, declaran algo menos de 670 euros mensuales, verán su cuota incrementada de los 200 euros actuales a los 217 euros que estipulan los nuevos cuadros de cotización.
Una cifra que, por sí sola, puede parecer asumible, pero que puede ser relevante a lo largo de todo un año, sobre todo en tramos no mucho más altos. Si la calculadora sigue hacia arriba, la historia cambia radicalmente, pues los autónomos con ingresos superiores a 6000 euros mensuales pasarán, de pagar 590 a cotizar por 796 euros, lo que supone un incremento de más de 2400 euros al año (más de un tercio de lo ingresado en bruto).
Lo bueno es que esta subida no será de un solo golpe. El plan contempla aumentos continuos hasta 2031, en una línea ascendente que apenas deja margen de respiro a quienes tendrán que acostumbrarse. Para quienes se mueven en rentas medias, las cifras también se pretenden disparar. De hecho, un profesional que gane entre 1500 y 1700 euros mensuales pagará 321 euros en 2026, lo que significa casi treinta euros más al mes que ahora.
Un camino no tan largo hasta 2032
El discurso oficial insiste en que se trata de una medida “progresiva y justa” pero entre los propios autónomos crece una sensación de desasosiego. Según muchos de los afectados, la teoría suena mucho mejor que la práctica. Se habla incluso de un sablazo importante. De hecho, esa ha sido la palabra elegida por Lorenzo Amor, presidente de ATA, para definir lo que se avecina. Y no le falta razón si se piensa en los miles de pequeños negocios que ya caminan sobre el alambre y que deberán apretarse, aún más, el cinturón.
Este nuevo modelo es solo una etapa dentro de una transición que culminará en 2032, cuando el sistema de ingresos reales esté plenamente implantado. A partir de 2028, las cuotas seguirán creciendo de forma lineal, manteniendo esa progresión que pretende consolidar un sistema más proporcional. Pero, mientras tanto, cada revisión anual se traducirá en más carga para quienes menos margen tienen para absorberla sin consecuencias para su economía.
Hay que destacar que, en las asociaciones de autónomos, en realidad, no se discute la necesidad de ordenar el modelo, pero sí se está cuestionando el ritmo y la magnitud de esos aumentos. Ya alertan, por tanto, del riesgo de que muchos profesionales con ingresos modestos opten por trabajar en la economía sumergida para sobrevivir a la presión fiscal, pues, en un contexto de inflación persistente, toda subida pesa más que nunca.
