#SerValladolid es quedarme de piedra en mi asiento al ver el oportuno gol de Manucho, salir de Zorrilla enfadado con el kharma y el mundo y que en el autobús de vuelta a casa un niño de unos diez años provoque que se me ponga la piel de gallina al verlo llorar porque cree que su equipo, nuestro equipo, ya no va a ascender.

