Manuel Retamero repasa algunas de las claves del rendimiento ofrecido por el Real Valladolid hasta la fecha.
Después de ver cómo ha pasado ya la primera mitad de la temporada, podemos hacer un balance muy positivo de la situación del equipo, puesto que ahora por detrás del Deportivo ocupamos ese ascenso directo que tanto queremos con unos números que bien lo merecen.
Ganamos fuera de casa y lo hacemos con contundencia, somos el tercer equipo con menos goles en contra, dieciocho -faceta en la que sólo Hércules con dieciséis y Córdoba con quince nos mejoran-, y el quinto más goleador con treinta y tres goles a favor. Por todo esto, unido a las dos únicas derrotas en su casillero, creo que los números son de un equipo con serias aspiraciones al ascenso.
Atrás quedaron debates como el que existía en torno a la necesidad de un central, en el que Djukic acertó en su apuesta por Rueda, que cada vez se encuentra mejor en esa posición y que ahora es un fijo en la defensa. Al buen rendimiento de esta zona hay que añadir a Valiente, Juanito y a otro central más salido de nuestra cantera.
Ése no es otro que Víctor Mongil, jugador que poco a poco se ha ido haciendo con minutos, lo que ha hecho que se gane la renovación y seguir creciendo dentro del club. Con él se ha resulto -o eso parece- el problema de la ausencia de otro central.
Otro tema que ha suscitado debate era el de extremos jugando en una banda que no es la de su pierna hábil -a pie cambiado, que se suele decir-. Con esto se suele buscar finalización con dichos extremos, para jugar por dentro y así aprovechar el espacio creado para que tanto Peña por un lado como Balenziaga por el otro se incorporen como laterales de largo recorrido.
Incluso se llegó a comentar la posibilidad de que a Javi Guerra no le llegaban balones porque la temporada pasada los extremos daban más amplitud y así podía recibir más centros para generar más ocasiones. En este sentido, Djukic ha creído en algo, lo ha trabajado, le ha dado forma y de momento hay paciencia para poder llevarlo a cabo, y está dando resultado.
La capacidad de jugar con los extremos por dentro o por fuera te la da las cualidades que tienen tus jugadores por dentro como finalizadores con gol o por fuera como jugadores que finalizan no ya de cara al gol, sino que con pases de gol o centros al área.
Han sido también puntos claves para el éxito que ha tenido el equipo en esta primera vuelta la recuperación, la aparición y la aportación de un jugador como Óscar o Alberto Bueno en los minutos que ha jugado, puesto que son jugadores con mucha calidad y que en plenitud de condiciones aportan mucho al equipo, además de que la suya es una posición que hace mucho daño a los contrarios.
Los jugadores menos habituales están teniendo su papel importante, pese a que mantener contentos a todos o casi todos los jugadores es muy difícil, sobre todo porque el jugador suele ser egoísta y no es ni objetivo consigo mismo ni se pone en la piel del entrenador. “Sólo estoy yo y nadie más que yo”, tienden a pensar. Buen trabajo del míster para que jugadores como Jofre, Álvaro Rubio, Baraja o Marquitos aporten siempre que tienen minutos, y de qué manera.
Vital en la creencia en un estilo de juego, algo que yo creo que toda la afición quería ver en su equipo: el saber a qué se juega. De momento yo creo que ya todos lo sabemos, y eso es un paso importante poder trabajar ese estilo de juego.
Sólo espero que los problemas económicos no trastoquen la gran marcha del equipo en lo deportivo porque la primera división está más cerca, y si lo hace será difícil mantener este gran trabajo y esta plantilla comprometida.