Hay ofertas imposibles de ignorar. El típico piso en la playa por cuatro duros, un cochazo de segunda mano con pocos kilómetros y, ahora, un bar por un euro. Sí, no es ninguna broma, un euro. Sí, te entiendo, pues parece tan mentira como la oferta del piso de playa y la del coche, que seguro que alguna tara lleva, pero no, lo del bar es verdad. Por un eurito de nada al año, puedes tener un bar y montar tu propio negocio. Te juro que es verdad.
De hecho, es la jugada maestra que maneja el Ayuntamiento de Coca de Alba, un pequeño municipio de Salamanca que se ha propuesto darle un poco más de vida al pueblo gracias a la barra del bar de siempre, aunque sea en otras manos que quieran ir al pueblo. Y, ojo, que es toda una ganga. El local tiene nada más y nada menos que 200 metros cuadrados y está reformado desde hace muy poco tiempo.
Tiene cocina, mobiliario y una pantalla perfecta para ver el fútbol. Y tiene quizá lo más importante y lo más difícil que conseguir: clientes. Todos los vecinos de Coca de Alba están deseando volver a tener el sitio de siempre abierto para tomar el vermú y comentar las noticias del pueblo.
Un bar más por amor que por dinero
Pero no te hagas ilusiones, que no todo va a ser llegar y besar el santo. Quien se quede con este bar deberá empadronarse en Coca de Alba y abrir, al menos, los fines de semana. Un espacio semanal para que la gente del pueblo pueda tener un rato de asueto en su sitio de siempre. No son malas condiciones. Al menos, así lo cree su alcaldesa, Doña Dori Vicente Ciudad. Ella lo dice sin rodeos: “Queremos gente que atraiga gente”. En esas están con el bar y con quien quiera llegar para ponerlo en funcionamiento.
Además, según la alcaldesa, quieren personas “que se queden en el pueblo”, para darle aún más vida a Coca de Alba, uno de esos municipios en los que la despoblación acaba haciendo abrazar la monotonía a sus gentes. Está claro que más que un camarero, buscan unos nuevos vecinos con iniciativa para que puedan darle vida nueva y lustre a un espacio necesario en cualquier pueblo de España. El negocio es simbólico, pero la recompensa no tiene precio, pues puedes llegar a ser clave en el epicentro social de todo el municipio.
Más realidades como la de Coca de Alba
La idea ha gustado tanto, que se ha dispersado. Y es que otros pueblos de la provincia, como Zorita de la Frontera, Villaflores o Cantaracillo, han recurrido a estrategias parecidas para intentar avivar la llama de sus gentes y de sus pueblos. Alquileres simbólicos, ayudas para pagar las facturas o incluso subvenciones muy jugosas para mantener abiertos los negocios. Como en el caso de Coca de Alba, lo importante es que no muera una zona y una realidad local que tiene un valor incalculable para quienes siguen viviendo allí.
Que no se olvide que un bar no solo sirve para que el personal se hidrate, sino que también se puede utilizar para potenciar esa vida cultural que tanta falta hace, no solo para evitar que la gente se vaya del pueblo, sino para provocar que muchos otros lleguen. Ante la despoblación, más allá de trabajo y casa, se deberá combatir con actividades, conciertos, talleres y saraos de todo tipo. En el caso de Coca de Alba, el local en cuestión tiene un pequeño escenario perfecto para conciertos, teatro o incluso karaokes. Una propuesta tan insólita como necesaria para una zona que necesita gente e ideas para seguir prosperando y no ser olvidada.
