El Real Valladolid Promesas cosechó su primer empate de la temporada contra la Gimnástica Segoviana, un rival que, en opinión de Javi Baraja, técnico blanquivioleta, le llevó “al límite con su estilo de juego”. No obstante, el de Las Delicias afirmó que sus pupilos “trabajaron muy bien”, a pesar de haber encajado; que fueron “constantes” y que leyeron “muy bien” el partido”. “Nos ha hecho mucho daño el gol antes del descanso, pero me quedo con la reacción de la segunda parte y con querer ir a por los tres puntos”, indicó Baraja, satisfecho.
No en vano, el Promesas tuvo “fases de buen fútbol, combinativo y de llegadas por los dos lados”, aunque le faltase “profundidad”, y esos momentos de sufrimiento los supo “gestionar”. “La Gimnástica Segoviana es un rival que te lleva al límite con su juego directo, con las segundas jugadas ganadoras, con los centros y el balón parado y, por momentos, por su combinación, que te hace salir y dejar la espalda libre. Un filial no está hecho a esa exigencia”, indicó el entrenador, que está contento con “seguir creciendo”.
Lo está por más que los errores quizás les penalizasen “demasiado”. Así, se fue “con un sabor de boca agridulce” por haber tenido “opciones en la segunda parte de haber hecho más daño al rival y de cerrar el partido con algún gol más”, que quizás podría haberles dado los tres puntos a los blanquivioletas. “Tenemos que gestionar ese tipo de acciones en las que damos de comer al rival cuando tenemos el partido controlado, como las del balón parado, pero forma parte de la formación”, dijo Baraja, restándole peso.

Xavi Moreno, Koke y Aranda, con Baraja
El partido contra la Gimnástica Segoviana sirvió para rodar y conceder minutos a jugadores que están incluidos dentro de la dinámica del primer equipo, ya que, tal y como sucediera en Ourense con Hugo San, Javi Baraja pudo disponer de Koke, Aranda y Xavi Moreno. “Los chicos tienen que acumular minutos. A nosotros nos da otra versión del equipo y cuando los necesiten arriba van a tener un ritmo mayor. Pudiendo federativamente, siempre tendremos esta opción”, confesó el técnico, que vio ser decisivo al extremo catalán.
A Aranda, entretanto, lo alineó por delante de la pareja de centrales al final del encuentro, aunque casi como si acabase con tres centrales, al estar también Iago Parente y Arco. Así lo explicó Baraja en rueda de prensa: “Ivorra estaba fatigado por la presión que había ejercido en la primera parte. Estábamos viendo que lo que teníamos en el banquillo nos garantizaba que Arco iba a generar disputas ganadoras y que Aranda por delante iba a protegernos un poco sobre el lanzamiento en largo de la Gimnástica Segoviana y en las segundas jugadas”.
A tenor de lo visto, el entrenador del Real Valladolid Promesas se quedó satisfecho, ya que cree que interpretaron bien “los últimos minutos”, en los que solo sufrieron en el balón parado -un dolor de cabeza debido a la talla de más de un rival-. “El cambio de dibujo nos ha dado la tranquilidad que nos dio la entrada de Galde en Ourense. Tenemos mucha juventud, pero también gente con mucho aplomo. Veo al equipo muy fiable y eso es lo que más me alienta”, finalizó un Javi Baraja que, como le sucediera la semana anterior en O Couto, se volvió a ver las caras con un excompañero en el Pucela; entonces, Borja Fernández, y esta vez, Iñaki Bea.
 
			