Como si no hubiera pasado el tiempo, aunque en verdad, hayan pasado ya varios años. Así se le vio a Javi Baraja en el primer entrenamiento tras su vuelta a casa. Antes de que empezara, atendió a los medios de comunicación presentes en Los Anexos en una tarde calurosa. Hizo alguna chanza antes de empezar a grabar, sobre la seriedad de algún asistente, y aprovechó la coyuntura para comenzar a hacer pedagogía respecto a la temporada que se viene. “Ya habrá momentos para estar serios”, decía entre bromas, sabedor de que sí, de que los habrá.
No en vano, Baraja manejará una plantilla muy joven, y por ende, inexperta, y ya se sabe que, cuando se da este tipo de escenarios, uno no siempre es regular y a veces cae en pecados de juventud. A esto se refirió el técnico, después de asegurar que no hay ningún objetivo clasificatorio fijado, aunque con algunos matices. “Hay que empezar bien para que el equipo tenga confianza. Es una categoría muy difícil y no podemos tener muchos picos y fluctuar en la clasificación, porque eso va a suponer muchas dudas. Cuanta más regularidad tengamos, más cerca vamos a estar de arriba”, considera.
Decía más tarde un buen conocedor del técnico desde hace tiempo que el gen competitivo es intrínseco a él, que seguro que le va a salir; que, como todo el mundo, querrá ganar. En su anterior etapa lo hizo en tantas ocasiones que se hizo acreedor de un sitio en Primera RFEF, aunque, desde la cercanía -que no lejanía, porque siguió próximo-, ha visto cambios. “Ha mejorado todo. El club ha ido creciendo”, indicó el de Las Delicias, cuyo equipo, no obstante, tendrá un menos presupuesto. No es problema: vuelve “ilusionado y esperando vivir un año bonito“.
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— Cantera Real Valladolid (@RVcantera) July 14, 2025
Baraja abraza el modelo de cantera del Pucela
Es indudablemente que “en su día” y a sus órdenes el Promesas tuvo “unos resultados”, pero Javi Baraja vuelve “con la cabeza limpia” y con el objetivo marcado de “ayudar a los jugadores a que tengan la posibilidad de tocar fútbol profesional”, tal y como hicieron aquellos futbolistas que dirigió entonces y progresaron en sus carreras. De hecho, al entrenador le gusta esta política de cantera, porque “significa que se viene trabajando en una dirección y que los jóvenes tienen una oportunidad de verdad” como la de quienes están con el primer equipo.
“El proceso madurativo se puede avanzar o no, pero si estos chicos están aquí es porque tienen condiciones. Tenemos que trabajar la última fase de su formación para acercarles al primer equipo”, defendió el técnico, en abstracto, sobre los futbolistas que el club está potenciando. Que haya piezas de valor en el primer plantel le condiciona, está claro, pero “es positivo, porque están trabajando con una exigencia superior“. “Si bajan, nos tendremos que adaptar a ese trabajo, y si hay gente arriba, eso nos permitirá dar oportunidades a jugadores más jóvenes. Estaremos abiertos a ello”, desveló repecto a ese talento promocionado o por promocionar.
No en vano, “para eso están los filiales”, y así lo quiere transmitir Baraja: “El club ha apostado por una línea de trabajo y hay gente sénior de primer año y juveniles que van a trabajar con nosotros. Es la última etapa de formación, una etapa dura, en la que tienen que asumir que habrá ciertos momentos en los que no van a ser de igual de protagonistas que antes. Eso es parte del proceso también”, aseveró un entrenador que quiere que su equipo demuestre que quiere aprovechar las oportunidades, de cuyo equipo de trabajo forman parte técnicos de la casa como Iván Briones, Asier Arranz, Javier Torres Gómez o Juan Carlos Martínez.
