Halloween ya pasó, también el Día de Muertos, el dichoso cambio de hora… y sí, el Black Friday está cada vez más cerca. De un tiempo a esta parte, igual que han hecho con otras tradiciones, al llegar noviembre los comercios de nuestro país se han adaptado a esta igual que si fuera una nuestra; una de tantas que cambian las estrategias de las empresas y las planificaciones de los consumidores, porque, seamos sinceros, teniendo la Navidad tan cerca, los hay que deciden planificar sus compras de tal manera que al llegar ese último viernes del mes de noviembre ya tienen claro qué le van a regalar y a quién, aprovechando la serie de descuentos que por estas fechas empiezan a proliferar.
El pistoletazo de salida definitivo a la temporada de invierno -aunque, tranquilos, que para el de verdad quedan semanas- llega con un Black Friday que se mezcla en los escaparates, en las campañas digitales y en las redes sociales con los juguetes de Navidad y con otros objetos de deseo previos a esas fechas. Y como los hay que no pueden esperar, y las marcas lo saben, esta cita se ha convertido en algo más que otra tontería importada: hoy el Black Friday es una concatenación de chollos que van más allá de otro guiño a lo yankee y que ya es también muy nuestro… tanto como lo es alargarlo y que además del Friday sean Blacks también otros días hasta acabar comprando varias fechas antes, algo alimentado por la carrera por la competencia de la que las empresas son parte.
Black Friday 2025: cuándo y cómo va a ser
Este año, el Black Friday se celebrará el 28 de noviembre, pero pocas marcas esperarán tanto para activar sus promociones. La tendencia de los últimos ejercicios apunta a una anticipación creciente. Grupos como Inditex acostumbran a activar descuentos la tarde del jueves anterior, empezando por su aplicación y página web, para después extenderlos a tiendas físicas. Ese mismo patrón podría repetirse en 2025, con un fin de semana que culminará en el ya habitual Cyber Monday, centrado en el comercio digital.
Otras compañías, como El Corte Inglés, han trabajado en campañas más amplias. El año pasado, sin ir más lejos, el gigante español lanzó una “Semana Black Friday” en la que aplicó rebajas de hasta el 40%. Mango, por su parte, ha apostado en los últimos años por adelantarse incluso más, pues en 2024 inició las ofertas el domingo previo, prolongándolas durante diez días. Estrategias que tienen un objetivo claro, que no es otro que captar la atención del consumidor antes de que la competencia monopolice el protagonismo.
Pero no solo las grandes marcas se preparan para esta cita, pues el pequeño comercio también se ha subido al Black Friday. Con un impulso estratégico para adelantar las ventas de diciembre, muchas tiendas de barrio, comercios de proximidad y negocios especializados aprovechan la visibilidad de la campaña para atraer compradores que, en otros momentos del año, optan por opciones más inmediatas o grandes superficies. La democratización del fenómeno ha hecho que cada sector adapte la jornada a sus propios intereses, desde la moda hasta la tecnología, pasando por deportes, cosmética o decoración.
Prudencia, y no compras compulsivas
Lo de encontrar chollos nos encanta a todos y hay a quien se le da de lujo, pero no es oro todo lo que reluce, ya que año tras año queda demostrado que hay quien, pícaro, sube los precios antes de volver a bajarlos para que parezca que el descuento es mayor del real, una situación que puede comprobarse simplemente con revisar el historial de precios antes de lanzarse a comprar. Aunque, ojo, esto, en lo que los expertos ponen el foco, solo es un ánimo a la prudencia y a no comprar compulsivamente: también puede ser que, efectivamente, formes parte de esos millones de consumidores que, tras ‘caer en la trampa’, han tenido suerte a la hora de aprovechar esas rebajas para adelantar los regalos navideños o, por ejemplo, renovar dispositivos electrónicos.
