Giannis Gianniotas, internacional con la selección helena, emprende una nueva aventura lejos de su país con el afán de que su velocidad y su verticalidad le permitan dar un salto en su carrera

Luis César Sampedro ya tiene a su nuevo extremo. El heleno Giannis Gioanniotas llega cedido por una temporada del Olympiakos, en el que no ha conseguido aún hacerse con un hueco, lo que no supone ningún impedimento para que sea internacional con Grecia a sus veinticuatro años.
Su internacionalidad es la primera de las credenciales que atesora, puesto que llegará al Nuevo José Zorrilla justamente después de terminar la siguiente concentración con su selección, durante la cual el combinado griego se enfrentará a Estonia y Bélgica. Si juega, incrementará la cifra de seis partidos jugados, en los cuales hizo un gol.
No obstante, destaca el propio Real Valladolid que marcar goles no es su principal fuerte. En la presentación que se hace de él desde la entidad se dice que “se caracteriza por su rapidez, verticalidad y capacidad de trabajo”, condiciones que agradecerá Sampedro, quien habló un día antes, este jueves, de su llegada más o menos de esas características como solicitadas al extremo que estaba por venir.
Aunque puede actuar en el flanco izquierdo o más centrado, se desenvuelve principalmente como extremo derecho, posición en la que se espera que incremente la competencia ya existente por un lugar en el once. Volviendo a los goles, marcó ocho en su segunda temporada, la pasada, en el APOEL chipriota, dos de ellos en San Mamés. He ahí su tope como profesional.
Tercera experiencia fuera de Grecia
Esta etapa será la tercera fuera de su país. La primera le llegó pronto, con apenas veinte años, en el Fortuna Düsseldorf. Además de algo tempranera fue fallida, ya que solamente disputó con el primer equipo ocho encuentros (siete fueron los que jugó en el filial). Esta escasa participación provocó que saliera cedido al Asteras Tripolis, donde ofreció un buen nivel que le permitió debutar con su selección en marzo de 2015 y concluir la campaña con cuatro anotaciones en veintiocho juegos.
La segunda estadía fuera de su país es precisamente la más reciente, en el APOEL, al que llegó en el mercado estival de la 2015/16. Le dio tiempo a participar en diecisiete partidos y anotar cinco tantos, uno de ellos, el que certificó el título liguero. Satisfecho con su rendimiento, el equipo chipriota optó por renovar la cesión, que le llevó a jugar competición europea el año pasado.

Actuó en total en nada menos que 43 envites, en los que hizo los ocho goles comentados, bagaje, en todo caso, insuficiente para hacerse con un sitio en el siempre competitivo Olympiakos, su segundo club en Grecia, después del Aris de Salónica, con el que debutó en la máxima categoría con tan solo dieciocho años. Antes de irse a Alemania hizo 48 apariciones y nueve perforaciones.
Pudo ser del Córdoba
Si en Valladolid ha sorprendido su fichaje, por ser un jugador desconocido para el gran público, seguramente en Córdoba haya sucedido una cosa parecida, ya que hace escasas fechas se llegó a dar por hecho su desembarco en el conjunto de Luis Carrión. Incluso se hablaba de una cifra por su traspaso: un millón de euros.
Según informaban algunos medios andaluces, su rol iba a ser el de fichaje estrella, dado su bagaje internacional. Asimismo, se venía a decir que, con su llegada a España, aunque a la Segunda División, pretendía dar un salto en su carrera, paso adelante que se deduce que seguirá estando en sus planes aunque el destino finalmente no sea aquel.
Autor de dos goles en la pasada Europa League ante el Athletic Club, tantos que sirvieron para echar al traste las aspiraciones continentales del conjunto bilbaíno, querrá que esa buena imagen sea la predominante en el Real Valladolid, donde no tendrá una empresa fácil.
Clave en aquella sorpresa, se le vio como un extremo muy abierto, rápido, eléctrico y con buen cambio de ritmo. Su intensidad le permite presionar a la defensa rival como Luis César desea, y además le permite contar con diferentes variantes, dado que puede actuar también a pie cambiado o por dentro, característica que sirven como presentación, pero que deberá cerciorar como blanquivioleta.
