El ariete segoviano pone rumbo a las Islas Feroe donde jugará en el B68 Toftir

Se va el killer, se va Quintana. La noticia saltaba el viernes casi a las doce de la noche mediante un tuit del Atlético Tordesillas, que informaba de la marcha de su pichichi rumbo al B68 Toftir de la Primera División de las Islas Feroe.
Y no, no es una inocentada. El veintiocho de diciembre, Quintana protagonizaba la pertinente anécdota jocosa del club de La Villa del Tratado, ya que anunciaba el fichaje del segoviano por el Trazbon de la Segunda División turca. Esta vez, no es ninguna broma, y Las Salinas dejará de disfrutar de los tantos de Quintana.
Él, quien siempre había manifestado que formar parte del Atlético Tordesillas había sido una magnífica decisión, es el primero que entiende que oportunidades como esta no se pueden desaprovechar. Conocer otra cultura, otro país, otra manera de entender la vida y, también, otro fútbol. Quintana se marcha a conocer mundo, mientras que el Torde no ha puesto impedimento alguno en que así sea, otorgándole la carta de libertad y deseándole toda la suerte del mundo en su nueva aventura.
La cordial marcha no solo se ha efectuado por el buen trato que se le ha dispensado al delantero segoviano en Tordesillas, sino, también, porque esto ha sido recíproco. Quintana ha demostrado ser un profesional ejemplar, un compañero que se ha ganado a sus iguales desde el primer minuto y un jugador que merecía el cariño de la afición –y, por qué no decirlo, de la prensa que seguimos la actualidad del conjunto rojiblanco–.
Este, sin duda alguna, queda tocado. No obstante, pierde a su máximo goleador, quien había materializado doce de los treinta tantos marcados por el Atlético Tordesillas. Y no solo goles: como ya hemos comentado alguna vez más en esta web, Quintana es un delantero centro completo, que aúna un vigor físico notable con la frialdad necesaria de cara a puerta.
Pero, ¿dónde se va?
Empecemos por el país. Bueno, que, en realidad, no es un país al uso. Es un conjunto de islas situadas al norte de Escocia y que constituyen un país autónomo del Reino de Dinamarca, del que, sin embargo, dependen en cuestiones como Defensa. Apenas 50.000 habitantes agrupan, pero, en cambio, poseen una importante industria pesquera, un idioma y cultura propios y, como es evidente, un clima bastante frío.
Dentro del variopinto amalgama que son las Islas Feroe, Quintana jugará en el B68 Toftir. Toftir es un pueblo de las Islas Feroe que se encuentra al sur de la isla Eysturoy, en el lado este de Skálafjørður.

El equipo en sí ha ascendido a Primera División en 2015, tras obtener la segunda posición en la Segunda División de las Islas Feroe, por lo que Quintana será uno de sus refuerzos de cara a lograr la salvación. Sin embargo, dicho equipo tiene experiencia en esta categoría y se alzó con el título de la misma en los años 1984, 1985 y 1992. Incluso, podríamos decir que tiene una cierta experiencia en competiciones europeas, ya que ha disputado en una ocasión la primera ronda clasificatoria tanto de la Champions League como de la UEFA, además de tres cortas participaciones en la Intertoto. Sin embargo, todo ello hace más de diez años.
Así pues, a Carlos Quintana le espera un bonito reto, sobre todo en el plano personal y vital. ¿Hasta dónde podrá llegar? Quién sabe. De momento, podemos estar seguros de que en las Islas Feroe, en Toftir, habrá un rojiblanco más que porte la bandera del Atlético Tordesillas. Mucha suerte, Carlos.
