En Pamplona, Alejandro Catena ya es una de las patas más importantes del equipo. No ha nacido en Pamplona, no es navarro, pero parece que lleve toda la vida jugando con la camiseta del equipo rojillo. A sus 30 años, este futbolista nacido en Móstoles está viviendo la conexión total con una grada agradecida de su trabajo y contribución dentro del equipo de Vicente Moreno. El zaguero, que ya fue vital con Arrasate, tiene a tiro de piedra superar los minutos jugados con Osasuna en la 2023/24 y sin contar con esa dolorosa ronda en Conference League que les dejó sin Europa.
Catena ha vivido de todo, sobre todo en el Rayo Vallecano. El nombre de Catena ya se hizo famoso en España por su recorrido en Vallecas. Soldado de Andoni Iraola desde su llegada en Segunda División, la clara mejora de sus números y participaciones vinieron precisamente de esa conexión con el ex del Athletic Club. Hoy entrenando en toda una Premier League, los pasos de Iraola en el Rayo Vallecano fueron también los de especial maduración para un defensa como Alejandro Catena. Y hay que decir que, a Catena, lo firma el Rayo con otro entrenador en el banquillo, aunque con un caché también impresionante. En ese momento, el hoy entrenador del Girona, Míchel, se hacía cargo de un Rayo Vallecano que impresionaba pero sufría.
Es en el mercado de enero de 2018 cuando el equipo madrileño se hace con sus servicios tras demostrar su calidad en el Reus, que se quedó sin él en el mercado invernal. En marzo de 2019, Míchel deja de ser el técnico del equipo vallecano y llega Paco Jémez, que apenas cuenta con el central en dos partidos, ya con la temporada casi acabada. La llegada de Iraola le catapulta a unos números muy por encima de lo que había vivido ya en el equipo. Jugando en la entidad madrileña vistió la camiseta rayada un total de 165 encuentros, marcando un total de diez goles y regalando otras cuatro asistencias. Estadísticas poco propias de un defensa.
Tras esos años de brillo con Iraola, ascenso incluido, Osasuna se fija en el jugador madrileño, que llega libre en el verano de 2023 a Pamplona tras no ampliar su vinculación con el Rayo Vallecano. Y Catena cayó de pie en la entidad rojilla. En ese primer año, con Jagoba Arrasate, el central es clave para entender el éxito de un equipo que sigue sorprendiendo por su proyecto y claridad de ideas, así como por una férrea capacidad para aprovechar y hacer lucir perfiles futbolísticos más que interesantes, así como por su cantera.
Pero, de vez en cuando, el referente llega desde fuera, como ya pasara con otros de los jugadores que, poco a poco, fueron conformando el equipo que hoy compite en LaLiga. Osasuna nunca se rinde, pero con jugadores como Catena se puede entender mejor. En una época de madurez clave para su fútbol, Catena es uno de los baluartes defensivos del conjunto navarro. Desde que pisara por primera vez Pamplona, son ya 65 encuentros jugados, incluidos los de Conference League, su única experiencia en Europa. Un gol y cinco asistencias como rojillo, marcan que Catena tiene cierta presencia ofensiva que ya se vio en Vallecas.
Hoy, con casi 2800 minutos jugados y con la voluntad de hacer crecer al equipo haciendo pareja con otra de las grandes claves de este equipo, Enzo Boyomo, está siendo el encargado de que la zaga de Osasuna refleje de manera fiel las ambiciones de un equipo humilde que teje proyectos deportivos de manera sublime. Su visión a largo plazo no rehúye de poder celebrar el presente, con futbolistas vistosos, deseados por equipos de mayor categoría, pero que eligen Pamplona precisamente por lo que ofrece a nivel de proyección, evolución y calidad en todos los pasos a dar para competir en LaLiga.
 
			