El Real Valladolid inicia una nueva temporada en Primera División con los mismos pesos pesados que en la anterior campaña, pero con la incógnita del modelo de juego.
En el centro del campo del Real Valladolid, en la temporada 2013/14 convivirá la juventud con la veteranía y, como en la mayoría de los navíos, donde hay capitán no manda marinero y en el juego pucelano los capitanes son Óscar González y Álvaro Rubio. El mediocentro riojano, ya en el ocaso de su carrera deportiva, sigue siendo uno de los pilares fundamentales del fútbol del Real Valladolid y su juego da el equilibrio que necesita todo equipo humilde.
Todo hace indicar que su acompañante en la medular, si las lesiones lo permiten, será Víctor Pérez que la temporada pasada, para los desconocedores del Pucela, fue una de las revelaciones del equipo en su retorno a Primera y el jugador de la plantilla que mejor combina con Álvaro Rubio.
Uno de los fichajes más ilusionantes en el curso pasado, y del que se esperaba algo más, es Lluís Sastre que no ha acabado por adaptarse del todo al juego blanquivioleta ni a la Primera División.
Para completar la posición del doble pivote nos encontramos con un futbolista que pese a su juventud ya es un viejo conocido, Fausto Rossi. Internacional en categorías inferiores por Italia, ya sonó la temporada pasada para reforzar el Pucela y puede aportar frescura al mediocentro blanquivioleta por ser el medio más joven -veintidós años- y de corte más ofensivo.
Un caso curioso es el de Javi Baraja. El capitán parece que cuenta lo mismo para Juan Ignacio que para Djukic, es decir, poco, y como mediocentro. Todo hace indicar que su función en el campo será secundaria, pero de lo que no cabe duda es que seguirá teniendo gran importancia en el vestuario, cumpliendo con creces cuando dispute minutos.
En la línea de tres mediapuntas, impertérrita con Miroslav Djukic y que se mantendrá con Juan Ignacio, por norma, el líder es Óscar González, santo y seña de este Real Valladolid, y su mano derecha será Patrick Ebert del que se pide que su calidad este año sea capaz de regatear a las lesiones.
La otra posición queda en el aire y la tendrán que disputar Omar, Valdet Rama, Larsson o incluso Bergdich, el lateral reconvertido al ataque. Son cuatro los jugadores que se disputarán esta posición pero, en teoría, los alumnos aventajados son Omar y Larsson. El canario y el sueco, curiosamente, dejaron en la campaña pasada el sabor de boca de poder dar más.
Eso sí, el fútbol de Omar Ramos fue como un globo que se fue deshinchando, mientras que el sueco dejó destellos de ser un jugador muy explosivo, rápido, trabajador y con desborde, pero sin acierto a la hora de definir ni decidir.
Varios son los interrogantes de este nuevo Real Valladolid de Juan Ignacio Martínez. El primero y más claro es cómo jugará; todo hace indicar que el Pucela no funcionará como el Levante y esto se debe a que la confección y estructura de ambos equipos son diametralmente opuestos y a la facilidad de Juan Ignacio para adaptarse a las plantillas que entrena.
Por otro lado, el éxito de este equipo dependerá en gran manera de su trabajo en el mediocampo y por ello habrá que ver si Rubio será capaz de aguantar a un buen nivel competitivo toda la campaña, si Víctor Pérez podrá jugar con asiduidad sin lesiones o si Lluís Sastre se adaptará de mejor modo y complementarse con Rubio o Pérez.
Además habrá que estar atentos al papel del italiano Fausto Rossi, en quien la dirección deportiva, en la persona de Alberto Marcos, ha puesto muchas esperanzas. Tal es así que el Real Valladolid se guarda una opción de compra por el jugador bianconero, teórico pivote, pero que puede ocupar también otras posiciones más adelantadas.
Por último, será clave para lograr el objetivo el papel de Óscar y Ebert ya que son los jugadores de más calidad de la plantilla y de ellos se espera que sean resolutivos y den un plus de calidad al equipo respecto al resto de rivales. Especialmente del teutón, que tras ser uno de los mejores fichajes de la temporada pasada en La Liga y estar en las quinielas de equipos con aspiraciones europeas, seguirá un año más en la disciplina pucelana, con el riesgo que implica la posibilidad de irse libre el próximo verano.
En esta temporada será complicado ver a miembros de categorías inferiores en partidos del primer equipo, así que de estos jugadores dependerá que el Real Valladolid sea un equipo sólido en el centro del campo y con ideas a partir de la zona de tres cuartos, requisito imprescindible para poder salvar la categoría con la mayor tranquilidad posible.
