La sociedad actual es llamativa por las exigencias laborales que, de manera natural, parece poner delante de la gente. La realidad es que el cansancio laboral es una realidad muy seria, pues directamente incide en nuestra salud mental y en la capacidad para poder seguir en el día a día. No todo es trabajo, pero la realidad es que en nuestra sociedad, la ciencia ya está mostrando que las largas horas de trabajo confirma que sin respetar las horas de sueño y sin calibrar bien el equilibrio laboral y vital, nuestra salud corre peligro.
¿Trabajar demasiado empeora o mejora tu cerebro?
El debate es largo. Lejos de confirmar que todo es negativo, la ciencia está demostrando que trabajar muchas horas hace crecer el cerebro. Si bien es cierto que el estrés, la fatiga o la falta de horas de sueño disminuye la calidad de vida y pone en riesgo esa estabilidad en salud física y mental, lo cierto es que podría presentar una posible realidad inesperada con respecto a un potenciamiento de la masa cerebral.
El especialista en Neurología, Llanero Duque, afirma que el hallazgo es llamativo. “El aumento del volumen cerebral debería asociarse, al menos en teoría, a un efecto positivo. Lo contrario, la atrofia, se relaciona claramente con consecuencias negativas”, aclara el doctor, que a pesar de todo es cauto, ya que incluso los autores del estudio plantean que el crecimiento puede deberse al estrés crónico, una realidad demasiado preocupante.
Los peligros del estrés crónico
¿Es lógico que el cerebro mejore a raíz de un mal hábito? No hay una respuesta concisa que nos pueda servir para saberlo de verdad. Según el propio doctor Llanero Duque, la mayor estimulación de ciertas zonas del cerebro es clave para poder entender estos cambios. Aunque queda por aclarar si se trata de un efecto adaptativo para bien, con el tiempo podría derivar en problemas mayores de difícil interpretación. Cabe destacar que el estudio apunta al estrés prolongado como desencadenante, algo que abriría un largo debate sobre las posibles consecuencias.
Consecuencias, incluso, que podrían ser irreversibles, pues estos cambios pueden o no revertirse y pueden suponer un riesgo. La plasticidad cerebral, no obstante, parece sugerir que, aunque un cambio drástico en esos hábitos, los efectos de ese cambio cerebral podría revertirse por el fenómeno conocido como la plasticidad cerebral, un fenómeno que Llanos Duque achacaría a la reducción del nivel de estrés y que podría mejorar el estado cerebral si es posible un escenario que recupere “un ritmo laboral más equilibrado”.
Prudencia antes de sacar conclusiones
Cabe destacar que el estudio se ha realizado a través de la observación y de la monitorización de profesionales sanitarios, algo que garantiza un resultado llamativo por ser uno de los colectivos más expuestos al cansancio, al agotamiento y a la presión constante por su complejo día a día. Los expertos involucrados no descartan que resultados similares aparezcan en otros sectores, ya que la clave de todo es la sobrecarga y en cómo el cerebro reacciona para adaptarse a esas situaciones, aunque las investigaciones aún están en un punto muy inicial como para sacar conclusiones.
Con la premisa de necesitar “trabajar para vivir y no vivir para trabajar”, las pistas sobre esa necesidad de frenar un poco en nuestro ritmo de vida para tener una mejor salud y representar una mejor vida y cuidado de la salud física y mental. Lo prudente es tomarse las jornadas laborales con calma y evitar acumular demasiadas horas extra, facilitando un equilibrio eficiente personal y laboral para lograr la mejor medicina preventiva en esta sociedad tan acostumbrada a los excesos.
