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Cerverismo, pasión y oviedismo

por Jesús Domínguez
8 de octubre de 2015
en Sin categoría
Diego Cervero || Foto: asturiasmundial.com

Diego Cervero || Foto: asturiasmundial.com

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Diego Cervero encarna como nadie el trabajo y el sufrimiento del Real Oviedo por reencontrarse en la élite con su propia historia

 

Diego Cervero
Diego Cervero

Juega con el ceño fruncido, como si estuviera enfadado. Es el gesto de la concentración. De la intensidad. Una unida a la pasión. A una pasión. Al oviedismo. Porque eso es Diego Cervero, oviedismo en estado puro.

Hace unos pocos años, el Real Oviedo fue una especie en peligro de extinción. Y entonces llegó él, con su raza, para tratar de ahuyentar a los depredadores que acechaban a los carbayones sobre el verde pasto. Mientras tanto, fuera del mismo se congregaban otros guardianes, buscando establecer un coto que detuviera fechorías; tratando de establecer unos lindes salvadores que acabaron convirtiendo a Slim en salvador.

Diego Cervero fue la llama. Y era, y es, el mito. Aquel que rescató un sentimiento nunca durmiente, pero sí herido. Fue él quien dijo al oviedismo que debía dejar de lamerse sus heridas y batallar, y batallar, y batallar. Con el ceño fruncido. Como si estuviera enfadado. Con pasión, desmedida, como si las miles y miles de personas que acudían regularmente al Tartiere no se lo estuvieran creyendo. Fue la cabeza, los goles, las botas del oviedismo. Pero fue sobre todo el corazón. Por eso el oviedismo rezuma y enaltece al cerverismo.

Diego Cervero representa al hijo pródigo, el que vuelve a reencontrarse con su padre y lo abraza pasional. Representa el reencuentro del Real Oviedo con su historia, incluso aunque no juegue, porque lo encarnó. Fue el espíritu del retorno a la Segunda División. Y como no hay mejor muestra que un botón; tal es su pasión, su devoción por lo azulón, que prometió visitar al Apostol si a Segunda volvían. Y volvieron. Y cumplió.

Si la madurez de un pueblo se mide por su memoria, la del carbayón está alcanzada. Cada vez que salta al tapiz, rinde tributo al héroe que fue, y a quien será leyenda. Si la madurez del pueblo carbayón de verdad ha sido alcanzada, no olvidarán de dónde vinieron, que antes del dinero de Slim todo era carestía, jetas y sufrimiento. Tampoco quién fue Diego Cervero. Su voluntad, su pasión y sentimiento. Las del oviedismo mismo.

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